El mirador
M. Molares
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Estados Unidos pide ayuda a España para construir el AVE, titularon los medios informativos progubernamentales después de que el secretario de Transportes, Ray Lahood, invitara a los empresarios españoles a participar en la construcción de la alta velocidad en su país.
Pero no hay tal petición: Barak Obama quiere crear una red de alta velocidad y ha enviado a Lahood a Francia, Alemania, España y otros países que montan esos trenes y su obra civil para que compitan por contratos que vendrán después. Eso es todo, aunque Lahood quedó impresionado con ‘El Pato’, el Talgo 102 en el que viajó con José Blanco a Zaragoza a 300 kilómetros por hora. En Francia y Alemania se hacen pruebas a 400 kilómetros por hora con trenes Alstom y Siemens, únicas marcas que había en España hasta que Talgo se presentó como AVE por empeño, ‘vade retro Satanás’, de José María Aznar. La relación de los Aznar con Talgo nace con la amistad del abuelo navarro del ex presidente, Manuel Aznar Zubigaray, y el ingeniero bilbaíno Alejandro Goicoechea Omar, ambos notables militante del PNV. Goicoechea, constructor del ‘Cinturón de Hierro’ que debía impedir que Franco tomara Bilbao, se pasó al bando del general con planos y bagajes, a la vez que Aznar Zubigaray aparecía en Burgos sirviendo al sublevado. Protegido por Franco y con capital de otro vasco, José Luis Oriol, Goicoechea inventó unos trenes rápidos de vagones cortos de aluminio. En 1942 nació el Talgo (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol), base de la industrialización autártica que se aplicó después a las industrias modelo del régimen. Qué cosas: el Talgo franquista y aznarista es ahora el vehículo socialista para arrimarse al imperio capitalista.