FÚTBOL / Tercera División Grupo VII – 42ª Jornada
El equipo villalbino, apabullado y sin norte, sufrió cuatro goles de Carlos Gazapo, que se jugaba el pichichi del Grupo VII
JAIME FRESNO | Miércoles 22 de octubre de 2014
El Villalba perdió 2-9 con el Vallecas, nuevo récord de goles en contra, superando el 8-1 del Alcobendas Sport, y marcador sonrojante para una entidad con 37 años de historia. Fue la triste despedida del equipo en una Tercera División que le ha venido muy grande. Queda al menos el consuelo de que al menos el equipo ha podido jugar las 42 jornadas del calendario, porque echando la vista atrás, en junio de 2008, el CUC Villalba era un club fantasma, sin directiva, técnicos y jugadores, con deudas abominables, sólo salvado por el tesón de Miguel Ángel Cidoncha, el fiel secretario. Todo ese lastre, de imposible digestión, estalló ayer en la Ciudad Deportiva, que asistió al ensañamiento del Vallecas con un equipo rendido de antemano, en lo que fue la escenificación de todos los problemas, condensada en 90 minutos. Los visitantes no hicieron si no aprovechar las autopistas que deja el Villalba en defensa para mayor gloria de Carlos Gazapo, un gran delantero que hizo añicos a la zaga villalbina cómo y cuándo quiso. Santurino hizo de avanzadilla a la exhibición poniendo el 0-1 a los nueve minutos, y a la media hora de juego el marcador ya era de 0-4. Dani maquilló para el Villalba empujando a la red un buen lanzamiento de córner de Plaza, pero Carlos Gazapo acabó antes del descanso con cualquier conato de reacción metiendo el 1-5. Antes, el colegiado obvió una caída de Berni en el área con pinta de penalti para el 2-4 del Villalba, pero casi hubiera dado igual.
Ya en el descanso, algunos socios amagaron con abandonar la grada, pero muchos optaron por asistir entre impertérritos y resignados a la segunda parte de la sangría.
Fernando Sánchez aportó un triple cambio desde el banquillo, finalmente insustancial en una segunda parte en la que cada ataque del Vallecas concluía en disparo a puerta o en un mano a mano con los centrales, superados con facilidad pasmosa más o menos cada dos minutos.
La cosa acabó 2-9, con un buen tanto de Javi Muñoz para los amarillos, pero lo peor es que el marcador incluso se antojó corto. El Villalba se fue despedido con palmas porque la gente finalmente entendió que los ocho puntos y los 139 goles en contra son consecuencia de males anteriores y no de errores actuales, y porque decidió correr la cortina de una forma típica de cuando un equipo acaba la Liga. Para los aficionados queda el consuelo de que la pesadilla ha terminado.
El 2-9 del Vallecas al Villalba clausuró una Liga en Tercera División que en su última jornada trajo el descenso del histórico Puerta Bonita y la entrada en play-off del Rayo Majadahonda, que acompañará a RSD Alcalá, Parla y Alcobendas Sport en la lucha por subir a Segunda B.