Editorial

El extraño viaje del alcalde de Collado Villalba

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
En un ejercicio de ingenuidad -o ceguera voluntaria- habrá quien haya creído en la coartada del alcalde de Collado Villalba para justificar su repentina salida de las listas del PSOE al Parlamento Europeo. Aquello de trabajar por los vecinos como prioridad absoluta, y más en un momento tan complicado desde el punto de vista económico. Sin embargo, hay algo que no cuadra: ¿De verdad reflexionó durante el puente de mayo, en plenas fiestas de El Gorronal, acerca de este tema, o más bien le hicieron reflexionar desde la dirección del partido? De haber llegado a la comentada conclusión, ¿no hubiera sido más lógico anunciarlo públicamente el mismo lunes que no esperar a que la noticia saltara al filo de la medianoche y en el mismo saco que la caída de la concejala de Elche implicada en un caso que acaba de llegar a los juzgados?

Las teorías, de todo tipo, desde las más benevolentes hasta las conspiratorias, no han tardado en circular por los corrillos villalbinos. Lo que parece claro es que el regidor ha perdido el pulso que mantenía todavía no se sabe muy bien con quién, tomando una decisión precipitada y sorprendente, aunque también es cierto que dentro de la línea de incoherencia que domina también otras actuaciones (hospital de La Chopera, UDIMA, túnel-parking de Honorio Lozano, etc.). Por mucho que el mensaje que esté lanzando el Equipo de Gobierno vaya en la línea de destacar el gesto del alcalde al renunciar a la lista socialista a la Eurocámara para dedicarse en cuerpo y alma a sus vecinos, esta decisión supone todo un revés a sus aspiraciones, además de un notable desgaste en su imagen política. Se trata en definitiva de un extraño viaje de ida y vuelta, en el que se ha pasado de la euforia inicial al desconcierto absoluto, con unas explicaciones nada convincentes que más que arrojar luz sobre este asunto, prolongan su alargada sombra, dejando en cuarentena el refrán de que rectificar es de sabios, porque de momento conocemos el hecho final, pero todavía no la intrahistoria de este culebrón que seguro que todavía dará que hablar. Al tiempo.