El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“¿Acaso ustedes se creían que ya me había olvidado de la majestuosa, faraónica, absurda y multimillonaria obra de Honorio Lozano? Sí, sí, de esa que nos va a costar más de 40 millones de euros. Pues no, hijos, no, siempre la tengo presente en mis oraciones, pero como últimamente nuestra ciudad genera tantas noticias, pues eso, lo voy dejando hasta que vuelven a saltar las alarmas, dice Lobo Cojo.
Por ejemplo, en esta semana de pasión donde la Iglesia católica nos invita a la reflexión y a la penitencia, quiero pedirle a JP, aunque sé que ya está metido en campaña electoral (le mola ser eurodiputado), que se plantee si de verdad interesa más seguir pagando el millón y medio de euros al año en concepto de canon a la concesionaria o cerrar el túnel y el parking, porque mire usted, los vehículos que circulan a diario por el subterráneo no alcanzan el medio millar y los estacionados en el aparcamiento nunca superan la treintena. Además, el túnel se ha convertido en un foco de suciedad y en un punto negro para la circulación (ha habido varios accidentes a la entrada del mismo), y la oscuridad que reina en su interior (los focos están casi todos apagados) algunos jocosamente la achacan a que el ministro Sebastián aún no ha mandado las bombillas prometidas. Sé que a usted no le gusta que le hablen de su obra maestra y como la oposición tampoco pregunta, alguien debe hacerlo, porque creo que hay más de cuarenta millones de razones para no callarse”.