José J. León
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Una de las cosas más emotivas de esta crisis es que no se sabe qué es peor. Los gurús majarachis de la economía están tan despistados que cunde la desmoralización, al punto de que se ha publicado en un suplemento dominical una tribuna del catedrático José García Montalvo que se titulaba ¿Son realmente necesarios los economistas?
- Diga usted que sí, que hacen falta. Tal como está el patio del INEM, no los vamos a mandar a todos al paro. Y además no tienen la culpa de lo que hacen los banqueros.
Este es un ejemplo más del despiste. Han intervenido la Caja de Castilla La Mancha aprovechando un fin de semana, cuando la clientela normal lee los suplementos asalmonados y no puede retirar sus depósitos de los bancos. El señor Solbes ha declarado: “El sistema es inmune”. De pronto, un fin de semana, hemos descubierto que el sistema es inmunodeficiente. Habrá que regalar preservativos en los bancos y en las cajas, siguiendo la moda que tanto gusta a algunos dirigentes del PSOE. Por regalar preservativos que no quede, parece que los fabrican unos amiguetes.
- Mantas con tela, porque Pedro Solbes dice ahora lo contrario de lo que dijo.
Este señor Solbes que dice ahora que el sistema no es inmune es el mismo que antes dijo que España resistiría mejor la crisis gracias a la fortaleza de nuestro sistema bancario y las garantías que tomaron. Menos mal. Pocas semanas después de publicarse los beneficios de los principales bancos y de soltarles la morterá para afianzarlos, ya han intervenido con nocturnidad y a las bravas una caja presta a fusionarse.
- Menos mal que los precios caen en picado. Ya no hay inflación, sino deflación.
Eso tampoco se habrá visto nunca. ¡Si es que con Rodríguez Zapatero se ven unas cosas que no nos podíamos ni imaginar! ¿Quién se podía imaginar que los precios bajarían, después de decirnos que la inflación era malísima y que el petróleo tenía la culpa? Pues ahora resulta que la deflación es peor. Y dicen que si los precios bajan habrá que subirlos un poco, aunque no pueda pagar casi nadie, no sea que... a final de año esos convenios con cláusula de revisión, los pocos trabajadores que siguen en activo se vean obligados a devolver el dinero a sus empresas.