Opinión

Los problemas del aborto

El mirador

José L. Bouza

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Se discute sobre la ley de plazos del aborto. Sin entrar ahora en la cuestión de las menores, en este terreno hay poco que inventar. En Occidente ya hay leyes similares y la española se prestaba a abusos. Parece además claro que si por cuestión de plazos se impide abortar cuando peligre de modo grave la vida de la madre o por malformaciones graves del feto, las embarazadas viajarán a otros países de legislación más favorable. No entraré en la campaña de la Iglesia, que apunta a la supresión del aborto, pues por sentido común sabemos que el feto no tiene más derecho a la vida que el niño a la calidez que precisa para madurar, que depende de la aceptación familiar.

Creo sin embargo que el Estado debe promover con mayor empeño campañas tendentes idealmente a acercar el aborto a una mera intervención terapéutica. Además, no soy partidario de la sanidad gratuita para casos en que en una situación médica predomina una responsabilidad privada. En la llamada ‘violencia de género’ también habría que denunciar aquellos mitos culturales que educan en la sumisión en vez de las bobaditas tipo “miembras”. Caso del amor-fusión de la fantasía rosa. Me refiero a la idea del amor como si fuera un vínculo social que se basta por sí solo, nefasto mito nacido de las mejores intenciones de ciertos cristianos, románticos, progres y hippies. También hay mitos patriarcales, como la debilidad e inocencia naturales de la mujer, explotados por políticos y por algunas feministas sexistas, que niegan abusos femeninos como el llamado síndrome de alineación parental, rapto y lavado de cerebro a hijos de divorciados por sus madres, que hoy interesan más porque ya lo sufren también mujeres que no tienen la custodia de sus hijos.