Editorial

Descalificaciones, ‘pseudoperiodismo’ y falta de ética: cuando el fin no justifica los medios

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Un periódico local publicaba el miércoles de esta semana una carta titulada Crónica de un cronista, firmada por un supuesto vecino de Collado Villalba llamado Abel Martín, cuya existencia real es más que dudosa, haciendo referencia a la columna satírico-política que cada semana firma Lobo Cojo en El Faro del Guadarrama. Al margen del nivel barriobajero, cobarde y soez que exhibe sin pudor el firmante de la presunta misiva, es especialmente reprochable que se utilice un espacio como el de Cartas al Director, abierto a los lectores, para entrar en el terreno de las descalificaciones personales de pésimo gusto y peor estilo, con el insulto como único contenido ya que parece obvio que el responsable de la carta no tiene ningún otro argumento para responder a las afirmaciones que Lobo Cojo hace desde su atalaya. En todo caso, esta reacción no sorprende en exceso si tenemos en cuenta que se ha publicado en un medio que no es otra cosa que una amalgama pseudoperiódistica y empresarial, todo ello aderezado con el papel que han asumido sin reparos como máximos valedores del Equipo de Gobierno de Collado Villalba. Cabe preguntarse también por la ética de quienes están al frente de este periódico con pretensiones de holding, aunque también es cierto que hay cuestiones que a priori ya sabemos que no tienen respuesta. Pero al menos sí deberían saber que no vale todo y que el fin no justifica los medios.

Es un caso, en definitiva, que pone a cada uno en su sitio y que retrata bien a las claras a sus protagonistas, a los que El Faro del Guadarrama sí responde desde este espacio, donde se fija la línea editorial de un medio, y no manipulando de manera rastrera una sección tan importante y participativa como es la de Cartas al Director.

Finalmente, tampoco cabe pasar por alto que esta supuesta carta aparece precisamente después de que Lobo Cojo haya hablado desde su columna del jaguar que merodea el Ayuntamiento y de una reunión en un conocido restaurante entre el alcalde, una senadora, su marido y varios empresarios, del mismo modo que en nuestras páginas de información han aparecido noticias que podrían ser especialmente incómodas para los protagonistas de esta historia. La reacción a través de cartas como esta les delata todavía más.