El mirador
V. Martínez
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Se cumplen 200 años del nacimiento de Mariano José de Larra, escritor y periodista y uno de los emblemas del romanticismo español. Recuerdo uno de sus artículos más críticos contra la censura por entonces existente en España, “Lo que no se puede decir no se debe decir”. Han pasado más de 150 años, España ha cambiado, pero no tanto, y del absolutismo hemos pasado a la democracia, pero en nuestro país siguen existiendo actitudes absolutistas.
La democracia no sólo es elegir a quien nos gobierna cada cuatro años. Es una actitud de libertad y de tolerancia, y sobre todo de respeto. Y uno de los pilares de la democracia es la libertad de expresión. Todos sabemos de lo que son capaces algunos individuos para perpetuarse en el poder. ¿Quién no recuerda los movimientos del Gobierno de Felipe González contra los medios críticos? Hicieron todo lo posible para acallar las voces discordantes, aquellas que denunciaban actitudes antidemocráticas y corruptas, incluso criminales de los políticos que tenían el poder. Hicieron que Diario 16 cesara a Pedro J. Ramírez como director cuando empezó a investigar el GAL, boicotearon a El Mundo publicitariamente, le regalaron Antena 3 Radio al grupo Prisa... Hicieron todo lo posible por controlar los medios de comunicación. En definitiva, promovieron el amancebamiento del poder político con el poder mediático.
A fuerza de defender los intereses de una minoría, hay políticos que acaban convirtiéndose en cabecillas oligarcas, pero tan despreciables socialmente como éstos son sus protegidos, esos empresarios capaces de hacer fortuna solamente a la sombra del poder, valientes cuando están en su regazo pero fracasados cuando les expulsan.