José Tomás sale a hombros en Valencia con dos notables faenas

José Tomás llegó a la Feria de Fallas de Valencia para triunfar. Su primer compromiso del año se saldó con un golpe de efecto encima de la mesa del toreo.El pasado domingo, 15 de marzo, la expectación era máxima en la ciudad del Turia; el ambiente, increíble; el cartel de No hay billetes puesto y las entradas en la reventa se cotizaban a precios altísimos.

El de Galapagar salió a hombros tras cuajar dos notables faenas que le valieron una oreja de cada uno de sus oponentes. A pesar de todo, su triunfo se quedó pequeño. Pudo cortar hasta cuatro trofeos, pero un pinchazo en cada uno de sus oponentes mermó el premio.

Dentro de la desigual corrida de Núñez del Cubillo hay que decir que José Tomás se llevó un buen lote. Pero no fueron dos toros sencillos, sino bravos, encastados, con su punto de fiereza y de los que hay que someter y poder. Luego dicen que este torero mata toros fáciles... Esos son los que mataron días después en la corrida de Juan Pedro, porque los de Cubillo tienen casta y se mueven. Su primer oponente saltó como sobrero tras devolverse el titular por flojo. A este primer Cubillo le toreó de forma magnifica. Primero sobre la mano derecha en dos series de categoría pero cuándo se echó la muleta a la mano izquierda ahí reventó la faena y brotó el toreo al natural. Series de hasta seis y siete muletazos, con las zapatillas atornilladas en la arena, clavado en el sitio preciso y engarzando con superiores pases de pecho llevándose el toro a la hombrera. ¿Qué torero da hoy seis pases seguidos? Fue una faena superior a un buen toro de Cubillo. El broche fue bello, con remates, una espaldina y un cambio de mano de cartel de toros. Tras un pinchazo y estocada paseó el trofeo.

El quinto fue un toro feote y cornalón que se movió mucho y con temperamento, algo descompuesto en sus embestidas. José Tomás le brindó el toro al maestro Paco Camino después de la polémica. Hay que tener muchos arrestos para hacer eso y más en campo contrario: el de otro maestro, Enrique Ponce, que es de la tierra y querido.

Tomás le dio mucho sitio y le dejó venir de muy largo. A la tercera tanda sobre la diestra bajó la muleta al de Núñez del Cubillo para ligar tres series muy por abajo. Con la muleta muy rastrera, sometiendo al toro y llevándose el toro a la cadera. El toreo puro y el de siempre. No hubo volteretas, no hubo tragedia, sino de profundidad y verdad. Volvió a pinchar, y tras una estocada hubo petición de dos orejas, de las que al final sólo cayó una.

Sebastián Castella también estuvo bien y parece que ha recuperado posiciones después del bache. Cortó una oreja al sexto. Brilló en el toreo de cercanías muy quieto y valiente. El final, con dos circulares y una gran estocada, desató emoción. También hizo el paseíllo Javier Conde. Nadie recuerda si toreó.