César Jiménez consiguió abrir la Puerta Grande de Las Ventas
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La primera semana de la Feria de San Isidro de Madrid se ha saldado con un buen balance. No es que los toros hayan embestido especialmente, a excepción de la excelente corrida de Victoriano del Río, pero los toreros en general han rallado a buen nivel. Hay un buen ramillete de diestros que han estado a gran altura, como César Jiménez (aunque la puerta grande fuera algo generosa), Eduardo Gallo, Sebastián Castella o en menor medida Encabo y Antonio Ferrera. Se han cortado siete orejas, cifra que no está nada mal, aunque el público a veces esté pecando de un excesivo triunfalismo, cosa negativa porque Madrid es la plaza referente, la más exigente y la que en teoría más tiene que dar y quitar. Queda mucha tela por cortar todavía, pero vayamos por tanto a desglosar lo que hemos visto en Las Ventas en esta primera semana de la feria más importante del mundo.
La mejor corrida hasta el momento llevó el hierro de Victoriano del Río y se lidió el pasado jueves, 11de mayo. El encierro sorprendió a todos y hasta cuatro toros acabaron embistiendo con bravura y motor. Además, el encierro estuvo muy bien presentado. Fue de lujo.
César Jiménez se llevó una oreja de cada uno de sus toros. La primera de más peso que la segunda. Jiménez dejó sobre el albero su frescura con un toro bueno y otro que se paró y protestó. Puerta Grande para un diestro que, con fallos, reivindicó que se debe de contar con él.
Encabo tuvo dos toros de triunfo. A uno con mucho carbón no le dio un pase. Le molestó con insistencia el viento, pero sin él no sé qué hubiera pasado al final; el animal tuvo mucho que torear. Al otro, Encabo le acabó cortando una oreja, un gran toro al que el espada madrileño le dio muletazos de buen trazo por el lado zurdo, aunque un tanto superficial y sin redondear del todo. Esa tarde, los mejores muletazos los imprimió Eduardo Gallo en el sexto, llevándose también un trofeo. Fue una buena faena con muletazos muy largos y de gran hondura. La pena es que le volteó aparatosamente y le mermó. De todas formas, Gallo, dio en Madrid un paso adelante en su carrera.
Pero a partir de ahí y exceptuando algún toro suelto en alguna corrida, el ganado no a respondido a las expectativas creadas. Sobre todo la gran decepción de esta feria: la corrida de Fuente Ymbro. Despertó una gran expectación y a la postre fue un jarro de agua fría para todos. El ganadero, Ricardo Gallardo, falló en el día clave con un encierro descastado, áspero y que sacó un peligro sordo muy acentuado.
La afición salió descorazonada. Finito estuvo de pena. No debe volver a pisar Madrid. “El Juli”, que puso voluntad, estuvo poco cómodo con uno de sus toros, y Miguel Ángel Perera sufrió un dramático percance, aunque afortunadamente no más allá del susto y de la conmoción. Fue una pena, pero a buen seguro que esta brava ganadería en un futuro terminará por dar la vuelta a la tortilla.
Otro de los nombres propios de esta primera parte del ciclo ha sido Sebastián Castella. El francés toreó con mucho desmayo y relajo a un descastado, flojo y apagado astado de “Garcigrande”, al que acabó cortando una trofeo. Después se pegó un arrimón con un remiendo de Pereda que se movió pero no humilló, en una faena que por su aplastante valor vino a recordar viejas reminiscencias de un torero de Galapagar... Esta corrida de “Garcichico” o “Garcigrande” lidiada el viernes 12 fue un sexteto de escaso trapío y pobre juego; sin embargo, salió un toro con virtudes para acaparar un triunfo de relieve. Éste se lo llevó el “Fandi”, y aunque le cuajó de una forma primorosa con el capote luego no consiguió cogerle el aire ni el sitio a un toro al que se le hubiera podido sacar mucho más. Y también quien ha dado mucho que hablar en estos días en Las Ventas ha sido otro madrileño, Fernando Cruz, que dio una dimensión importante con la morucha y bronca corrida de “Araúz de Robles” lidiada el sábado 13. Cruz cortó una oreja tras cruzarse mucho, dando el pecho y tirando de las desclasadas embestidas del araúz para levantar un trasteo de mérito.
Esa tarde, Manuel Amador dio un sainete importante, dando la razón a los que opinábamos que este diestro no pintaba nada en Madrid. “Paulita” tampoco se descompuso en ningún momento con las peligrosas arrancadas de los toros de “Araúz”, que, dicho de paso, es una divisa que como la de “Garcigrande” y otras han ganado puntos para que no volver a Madrid. Una de estas es la de Carriquiri. La corrida fue mansa, floja y descastada en grado superlativo. Un petardo. Ferrera terminó cortando una oreja a un sobrero de Escribano Martín, que fue muy manso pero que trasmitió al tendido. Ferrera se entregó mucho, sobre todo en dos antológicos pares de banderillas y tras una buena estocada se llevó una oreja de domingo. La novillada lidiada el martes 16, con el hierro de “Gaudaira” resultó mansa para el ganadero pero manejable para el torero. La terna estuvo muy mal.