Tema de la semana

Prado Nuevo, Amparo Cuevas y los virginianos veinticinco años después

La vidente dijo que el señor se le había manifestado en San Lorenzo de el escorial el día de Santa Cecilia
Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
El próximo 22 de noviembre, festividad de Santa Cecilia, se cumple el 25 aniversario de las presuntas apariciones vividas por Amparo Cuevas, una mujer nacida en Albacete el 13 de marzo de 1931, pero residente en San Lorenzo de El Escorial, casada y madre de siete hijos, de condición humilde y hasta entonces, según han dicho algunos vecinos, despreocupada de sus deberes religiosos. Salta a la fama tras afirmar a sus amigos que el Señor se le ha aparecido en su casa el día de Santa Cecilia del año 1980 dándole el siguiente mensaje: “Vas a recibir pruebas de dolor”. Amparo Cuevas sufre los primeros estigmas al sangrar por la frente y por las manos. El Señor se muestra clavado en la cruz y le añade: “Hija mía, ésto es la Pasión de Cristo. La tienes que pasar entera”.

Desde ese momento la vidente sanlorentina cambia radicalmente sus comportamientos. Dice mantener conversaciones con la Virgen, el Señor, los santos y los ángeles. Habla un indioma desconocido.

Según los datos aportados por Yolanda Larrumbide, antigua redactora de El Faro del Guadarrama en un amplio reportaje realizado en el año 1984, el primer ‘contacto’ con la Virgen lo mantuvo Amparo Cuevas en la finca de Prado Nuevo (El Escorial) el dia 1 de mayo de 1981, por partida doble, una vez por la mañana y otra por la tarde.

Mensajes
Por entonces, Amparo Cuevas no contaba con la guardia pretoriana que poco a poco se fue formando a su alrededor y era fácil acceder a ella para escuchar de su propia voz las conversaciones que mantenía durante sus éxtasis los primeros sábados de mes. Decía que la Virgen hablaba por boca de ella. “La ví por la noche, estaba muy triste y le caían lágrimas por las mejillas, me miró, tenía una vela en cada mano...” “ Tiene una cara bellísima y aparenta unos 19 o 20 años.” “La Virgen se me ha aparecido vestida de muy diversas formas y colores...” “Vimos que en lugar de la cruz se ponía un conjunto de muchas velas elevándose...”
En cuanto al contenido de los mensajes, Cuevas repetía una y otra vez que “El Señor y la Virgen instan a los hombres a convertirse, de no hacerlo vendrá un castigo. Se quejan de los pecados de blasfemia, impureza, incredulidad, difusión de doctrinas falsas, incumplimiento de votos religiosos, desamor al prójimo; en algunos sacerdotes que llevan vida impura, abandonan la oración y el vestido distintivo...”
“Soy la Virgen Dolorosa -reproducía en pleno éxtasis Amparo Cuevas para los virginianos que le acompañaban en Prado Nuevo-y quiero que se construya en este lugar una capilla en honor de mi nombre. Si se hace lo que yo digo, habrá curaciones, este agua curará. El castigo está cerca. Cuando el cáliz quede apurado, vendrá el castigo...”
Iglesia y milagros
Amparo Cuevas, que en el inicio de su “peregrinaje” místico confesó haber acudido a Lourdes, donde se curó de una grave enfermedad de corazón, decía por entonces haber sido testigo de supuestos milagros y apariciones. Esto hizo aumentar el número de visitantes a Prado Nuevo los primeros sábados de mes, utilizando autobuses procedentes de distintos puntos de nuestro país y también del extranjero. Algunos aseguraban haber visto a la Virgen, a Jusucristo y a los ángeles, mientras otros afirmaban que el agua de la fuente ubicada en la finca hacía milagros. Así se propagó entre los visionarios el caso de Serafín García Alonso, un enfermo del riñón, por quien rezaron y quedó curado.

La Iglesia ha tenido una lucha permanente contra el denominado “maravillosismo”, por considerar que este fenómeno en gran medida puede alejar a los hombres de la doctrina católica. El diario oficioso de la Santa Sede publicó en el año 1951, un artículo donde pedía “cautela ante los falsos milagros”, solicitando a los cristianos que actuaran en estos casos con más prudencia. Ya en el siglo XVIII, Fray Benito Feijoo destacó por sus luchas contra las milagrerías que desacreditaban a la Iglesia. Anteriormente también lo había hecho Santo Tomás de Aquino, quien decía que “la idea fija de la lepra, puede producir lepra”
A partir de las apariciones de La Salette en 1846, se han producido en Europa un considerable número de apariciones, todas ellas con rasgos muy semejantes. Hay coincidencia en la similitud de los parajes, con árboles, fuentes y también en los mensajes que inciden en los castigos, profecías castastróficas, el éxtasis, la petición de la Virgen para que se construya una capilla, los videntes y las curaciones. En los dos últimos siglos las apariciones más importantes han sido: Lourdes (Fracia-1858), Fátima (Portugal-1916), Tre-Fontaine (Italia-1947), Carabandal (España-1961), San Damiano (Italia-1961) y El Escorial (España-1980)
El fenómeno Amparo Cuevas fue tomando una magnitud impresionante, los medios de comunicación empezaron a dedicar al tema grandes despliegues informativos, hubo debates en más de una cadena de TV,y hasta en el propio municipio de El Escorial, seguidores y detractores de la vidente se enzarzaron en continuas disputas, disputas que posteriormente llegaron al propio seno del Consistorio, provocando fuertes divisiones entre progresistas y conservadores.

Tampoco la Iglesia quedó al margen de este acontecimiento. siendo el Cardenal Tarancón, quien mandó abrir una investigación a través del padre Pilón, jesuita y parapsicólogo, a quien encargó un informe técnico. La conclusión sacada era: “Esta mujer, enferma del corazón, ha caído en una manipulación terrible”·.

Más contundente fue el pronunciamiento del Cardenal Suquía, que se resumía en cuatro puntos:
1.- No consta el carácter sobrenatural de las supuestas apariciones y revelaciones. 2.- Rogamos a los sacerdotes, religiosas y religiosos, que se abstengan de participar en acto alguno relacionado con estos sucesos. 3.- Ninguno de los escritos publicados hasta ahora sobre este tema, goza del respaldo de la autoridad diocesana. 4.- A las personas más directamente implicadas en estos hechos, me he creído en el deber de hacerles en privado algunas recomendaciones. Confío plenamente que las recibirán y seguirán con espíritu de fe y docilidad.

Desde entonces los peregrinos a Prado Nuevo han ido decreciendo pero ha aumentado el patrimonio de la denominada Asociación Virgen de los Dolores, propietaria de la finca, de una capilla nueva y de varias residencias, en una de las cuales vive actualmente Amparo Cuevas. Incluso se llegó a decir que esta entidad donó una importante cantidad de dinero para la obra de finalización de la catedral de La Almudena de Madrid.