El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El PP de Collado Villalba destapó en el último pleno lo que a todas luces es un auténtico despilfarro: el gasto en el mantenimiento de El Coto de Las Suertes, asunto sobre el que esta semana el Equipo de Gobierno ha intentado echar tierra, presentando un informe que parece realizado ex profeso y obviando el que se elaboró para la Junta de Gobierno del 11 de diciembre de 2008, en la que se aprobaba la modificación del contrato. Las explicaciones del Equipo de Gobierno son, de cualquier manera, insuficientes, y más si en el horizonte aparece como adjudicataria la empresa Grupema, vinculada con la familia de uno de los concejales del Ejecutivo que preside José Pablo González. Hablar de porcentajes en este caso es tratar de camuflar una situación que resulta evidente, y es que el la cantidad que se ha destinado a esta actuación (dividida en unos capítulos u otros -personal, mantenimiento, alimentación, etc.-) resulta abusiva. Y no vale de nada intentar confundir con las matemáticas: el orden de los factores no altera el producto.
Estancamiento en la inmigración
los últimos datos acerca de la población inmigrante en la Comunidad de Madrid hablan de una tendencia al estancamiento, especialmente a partir del último trimestre de 2008, coincidiendo con el estallido de la crisis económica. La integración ha sido un reto que la sociedad madrileña en general, y serrana en particular, ha asumido desde hace tiempo, y en este momento deberá hacerlo con una dificultad añadida, puesto que los efectos de la crisis, con el desempleo a la cabeza, empiezan a ser visibles en todos los sectores, y también entre la población inmigrante, en este caso con matices que pueden complicar aún más la situación. Los agentes políticos y sociales deben trabajar para impedir que esto pueda frenar los avances que se habían alcanzado en este sentido.