El mirador
Eric de la Cruz (*)
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
En el Teatro Auditorio de San Lorenzo, el pasado 26 de diciembre Comediants, la compañía surgida en la Barcelona del 71 bajo el signo de la transgresión, nos presentó un espectáculo titulado “Tren de sueños”, que pretendía llevarnos por las estaciones más importantes del nacimiento del cine, Mèlies, De Chomón, Murnau y Keaton, de la mano del excelente músico Jordi Sabatés, a quien ya tuvimos ocasión de ver en el Patio de Coches con Teté Montoliu.
El espectáculo es decepcionante si pensamos en Els Comediants, que nos hacían recordar a Bread and Puppet, al Odin Teatro, o al Campesino de San Francisco, o en los que recorrían plazas y calles inundando de espíritu festivo nuestras vidas. Pero si evocamos a los comediantes que con una carreta y un pequeño artilugio eran capaces de llevar ilusión por todos los rincones, entonces encontramos digno este espectáculo. Merecen mi aplauso porque nos trasladaron la magia del cine, hasta hacerme creer que estaba en un cine en lugar de en un teatro. Al terminar la función, los espectadores de la zona VIP, los que se sentaban junto al edil de Cultura del Ayuntamiento, gritaron: “¡Qué cara más dura!”. Precisamente esos espectadores, que se levantarían viendo el montaje de Christian Lupa sobre Andy Warhol, y que son incapaces de la menor crítica a los actuales gestores del teatro o a la Consejería de Cultura que ha adjudicado provisionalmente el contrato de explotación de este Teatro Auditorio (2008-2011) a la empresa ‘Clece’ por haber presentado la proposición más ventajosa. Pues bien, esta empresa tiene el aval artístico de ser la compañía de limpiezas del Teatro Albéniz y del Hospital Puerta de Hierro... Sí, ¡qué cara más dura!.
(*) Colectivo Rousseau