F. de la Rosa
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Termina un año complicado, difícil y duro, sobre todo para los trabajadores. Como siempre son ellos los paganos de una situación provocada por quienes, también como siempre, basan su proyecto empresarial en la maximización del beneficio, sea cual sea su actividad.
Más de una década de bonanza económica ha dejado pocos frutos a nuestro sistema productivo, que continúa siendo obsoleto y que se sigue basando en la mano de obra intensiva (más de 50 horas semanales) pero poco productiva, y no es porque exista diferencia entre el trabajador de otros países y el nuestro. La diferencia radica más bien en el concepto de empresa desarrollada durante décadas por los emprendedores españoles. Unido todo esto a un sistema neoliberal capitalista absolutamente desbocado y sin ningún control.
El efecto global que consiguieron quienes hicieron del mundo un gran mercado se olvidó a conciencia de globalizar derecho, y eso, aparte de ser extremadamente injusto, es la causa de la situación actual.
Ahora, para el año 2009 toca compromiso, responsabilidad y cambio profundo de los modelos citados. Los gobiernos han de recuperar parte del control perdido a favor de las multinacionales y composiciones sin cara ni ojos. La economía mundial necesita otras recetas con mayor reparto de derechos y límites de la especulación a gran escala. En España, el trabajo que queda es duro y la reconstrucción difícil pero es imprescindible que tanto gobiernos como patronal arrimen el hombro, inyecten al mercado laboral parte del beneficio obtenido y modernicen el actual modo de producir el curro.El progreso pasa muy deprisa a crisis económica y en el cogerlo o no, nos va el futuro del empleo de millones de personas. Comisiones Obreras desde luego no va a poner ningún pero a los cambios necesarios en este país. No sólo estaremos alerta a cualquier tropelía cometida en nombre de la crisis, sino que aportaremos soluciones y propuestas (tenemos un modelo y no es precisamente nuevo). Nuestra presencia, como la del resto de agentes sociales, se hace muy necesaria estos días. Apoyaremos a quienes apuesten por el progreso y apartaremos a los parásitos que aprovechen el momento. Nunca aceptaremos fórmulas globales que a veces no hacen sino que alimentar a los del siempre, esos que no crean empleo ni riqueza si no es para sí mismos. Nuestro deseo para 2009 no puede ser otro que el empleo para todos y todas y sentido común para quienes nos gobiernan y para los empresarios.