Los amarillos llegaron a remontar un 0-2 con tantos de De Loma en apenas 5 minutos, pero Dani Ruiz puso el 2-3 con un magistral golpe franco fuera de hora. Los de Fernando pagaron al final su derroche físico
JAIME FRESNO | Miércoles 22 de octubre de 2014
El CUC Villalba murió en la orilla tras un esfuerzo titánico que lo dejó seco de fuerzas y llorando el cruel desenlace sobre el césped, en una imagen sobrecogedora que retrata la implicación del grupo de futbolistas del también emocionado Fernando Sánchez con el club. Dani Ruiz, aquel interior derecho que hizo debutar Carlos García Cantarero en el Atlético de Madrid, acababa de ejecutar el cruel castigo en el minuto 96, rompiendo el justo 2-2 con un golpe franco de manual, una rosca al palo contrario del portero que cayó como una losa en la Ciudad Deportiva.
En una mueca más a la desgracia, o a la neglicencia arbitral, según se mire, el tiro se produjo superados los cuatro minutos de descuento, pero el árbitro Marín Castro decidió cobrar una interrupción anterior. Sea como fuere el Villalba cayó sin consuelo, pero, asumido ya el descenso, lo tiene. El grupo, sabiamente dirigido por Fernando, empieza a enseñar cada vez más cosas. Fallido el experimento de la defensa adelantada, el Villalba se recoge ahora en un sólido 4-4-2, junta más las líneas y roba más balones. A ello suma una solidaridad para presionar que, durante 50 minutos, dejó en nada a la mejor línea de medias puntas de la categoría, tras la del líder -Nofuentes, Rafita y Dani Ruiz-. El Sport sólo pudo abrir brecha cuando Juan midió mal una salida al balcón del área y arrolló a Rafita. Dani Ruiz metió el penalti y el Villalba, como de costumbre, acabó por encajar un golpe doble, cuando Rafita hizo al poco el 0-2 tras un contragolpe de libro nacido en un envío largo de Dani Ruiz al espacio libre de la banda izquierda. En apariencia, el gol era la sentencia, pero, lejos de ello, dio paso a otro partido. A unos minutos frenéticos de idas y venidas que transformó a los locales.
Remontada
La derrota parcial descubrió otro de los progresos del Villalba, la capacidad de reacción, favorecida por la indolencia de un Alcobendas que quiso acabar el partido jugando al pie. El primero en leer la caraja visitante fue Berni, que robó la cartera a Dani Ruiz y ganó por velocidad a dos defensores más hasta entrar en el área y ser derribado. De Loma anotó el penalti del 1-2 y, al calor del gol, el Villalba creció. Cinco minutos después el capitán, inconmesurable, culminó la remontada con un cabezazo a la escuadra y el partido entró en terrenos desconocidos esta temporada, en una especie de ruleta rusa en la que la bala bien le pudo tocar al más fuerte. Pero el Villalba no aprovechó su rato y el Alcobendas, bien refrescado por Paco Lobato con las entradas de Feche, Nacho y Fonseca, hurgó en el tremendo desgaste amarillo.
El Villalba reculó, se quedó sin fuerzas para los balones divididos y para ocupar las zonas de rechace, y el Alcobendas cargó a la antigua, con cinco delanteros. Antes del mazazo de Dani Ruiz, Feche mandó al limbo un remate a puerta vacía y Juan salvó con un paradón un misil de Alberto Olmo. La épica resistencia local encontró la contrariedad definitiva en la injusta expulsión de Diego Aragoneses, tras una falta inexistente a Feche. Definitiva porque era el minuto 91 y las protestas dieron pie a Marín Castro a alargar un poco más para desgracia del Villalba. Unos segundos fatales cuando por el campo ronda Dani Ruiz.
La Liga para ahora hasta el 4 de enero, cuando los amarillos deberán rendir visita al Valle de las Cañas para enfrentarse al Pozuelo. Será el comienzo de un calendario más suave en el que el cuerpo técnico confía para remontar el vuelo.