Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
La jornada de ayer se desarrolló sin incidentes de importancia en el Valle de los Caídos, salvo algunos encontronazos entre falangistas y la Guardia Civil -que desplegó unas 10 patrullas-, que afortunadamente no pasaron a mayores. Los efectivos de la Benemérita examinaron detalladamente los vehículos y pertenencias de quienes acudían a la misa por el aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco y del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera.
Las diferencias surgieron por el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, que consagra el Valle de los Caídos como un lugar de culto, “no siendo posible en ningún lugar del recinto llevar a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo”.
Para algunos falangistas presentes en el acto, se trataba simplemente de un acto religioso y de un pequeño homenaje, por lo que mostraron su malestar por las medidas de seguridad, que consideraron excesivas. Finalmente, la misa, oficiada por el abad benedictino, empezó a las 11.00 horas, sin que se exhibieran banderas ni se lanzasen gritos a favor de la dictadura o de Falange en el interior del templo.
Por otra parte, la Fundación Francisco Franco ha preparado otra misa por el alma del dictador, de Primo de Rivera y de todos lo, mañana, sábado, a las 17.00 horas en el Valle de los Caídos.