Galapagar

Cartas desde la charca

Emys Orbicularis

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Atención, pregunta: ¿Quién sabe algo de un supuesto sabotaje en la mesa de sonido horas antes del debate de la moción de censura del pasado 30 de septiembre? Tictac, tictac... Pasa el tiempo y nadie responde. Misterio en el Ayuntamiento. Cables cortados. Como en las películas de espionaje, pero en versión casposa y tirando a cutre. Muy de Serie B. El caso es que el aparato está hecho una lástima, y si no que se lo digan al consejero de Inmigración, que pasó hace unos días por Galapagar y cuya voz iba y venía como por arte de magia. Ya ven: hay que tener mala leche. O mala idea. Y siguiendo con los plenos, estos siguen de momento en el Ayuntamiento, hasta que quienes están al mando encuentren una solución mejor. Lo que parece haber acabado es el teatrillo, porque la última sesión, con ocho puntos en el orden del día, se ventiló en una hora y media, incluyendo ruegos y preguntas, lo que supone un auténtico hito en la velocidad plenaria, al menos comparándolo con la reciente etapa del cuatripartito, cuando las sesiones duraban y duraban, como las pilas alcalinas, con discusiones bizantinas, intervenciones soporíferas y concejales buscando su momento de gloria, que al final nunca llegó, o sólo de manera efímera. Los populares alardean de rapidez, agilidad y eficacia, y está bien que los plenos no se alarguen sin justificación, pero ahora toca también demostrar esa agilidad y rapidez en otros temas, que aquí, en Galapagar, hay para dar y regalar. Tarea no les va a faltar, desde luego”.