Francisco M. López Vázquez
Ávila
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Con la conmemoración de la II República, los grupos de izquierda han salido a los medios para contar las bondades y virtudes de la misma. Como falangista que soy, no quiero rey, quiero una República nacional, al igual que no quiero la partitocracia en la que nadamos los españoles ahora; quiero una democracia de verdad.
Después de escuchar tanta y tanta mentira, tanto ocultamiento de lo que de verdad fue la II República, es obligado rememorar los atropellos cometidos por los republicanos entre los años 1931 y 1936, con la quema de conventos, ajusticiamiento de curas y monjas, fusilamientos a la salida de las iglesias, etc. Con estos antecedentes: ¿cómo algunos pueden seguir hablando maravillas de la II República, incluso decir que fue linda y rosa? La historia, aunque alguno lo intente, no se puede cambiar.