Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
En las previsiones presupuestarias de este año, la Concejalía de Hacienda del Ayuntamiento de Collado Villalba tenía proyectado ingresar 13.295.927,50 euros por la venta de terrenos de propiedad municipal situados en Prado Manzano, El Cañuelo, Miradores, Laureles-Moreras, vías de servicio (SER), ITV (Segregación), viviendas VPO (El Soto), La Huerta y La Cerca, y es muy posible que al cierre de este ejercicio económico, salvo que enajene definitivamente el sector del Caño de la Fragua, no llegue a ingresar por este concepto más de 3 millones de euros, lo que supondría un déficit de alrededor de 10 millones, que unido al mayor coste de la obra de Honorio Lozano -este año deberá abonar a la Concesionaria, si aún no lo ha hecho, 10.203.707 euros- puede ocasionar a las arcas municipales un agujero casi irreversible, puesto que a estas cifras debemos añadir la disminución de ingresos por los siguientes conceptos: licencias de obras y de primera ocupación, y otras tasas relacionadas con la construcción, ingresos que seguirán bajando dada la fuerte crisis que sufre este sector. Pero los males de la tesorería local no terminan aquí: con los créditos bancarios semicerrados y la negativa del Estado a financiar en parte los gastos de los Consistorios, la Administración local va a tener muchas dificultades para poder afrontar abordar las partidas de gastos previstas para este ejercicio, unas previsiones totalmente descompensadas por la subida de los tipos de interés que incide en la amortización de los créditos, la actualización del IPC que afecta a todos los servicios externos que tiene contratados el Ayuntamiento (mantenimiento de zonas verdes y de instalaciones deportivas, limpieza viaria y recogida de basuras, etc.). También se han encarecido los gastos corrientes, desde el alumbrado público a la luz eléctrica en los centros públicos o la calefacción, sobre todo al haber desaparecido la tarifa nocturna a la que estaba abonado este Consistorio. Ni siquiera la subida de impuestos que el Ejecutivo tenía previsto aprobar en el pleno celebrado ayer va a poder paliar esta preocupante situación. Lamentablemente, es posible que la única solución esté en vender (no malvender) los pocos terrenos que quedan de propiedad municipal. Pero, ¿dónde están los compradores?