Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
César Jiménez salió por al Puerta Grande de la Plaza de Las Ventas de Madrid tras cortar una oreja a cado uno de sus toros de la ganadería de Román Sorando en el festejo que se celebró el pasado 16 de abril, Domingo de Resurrección.
Un triunfo de verbena y que dista mucho de lo que significa una Puerta Grande en la plaza más importante del mundo, y más recetando un infame bajonazo como ocurrió con su primero. Jiménez estuvo inteligente, y le funcionó la cabeza con dos animales nobles y flojos, estando muy por encima de sus oponentes. Consiguió hilvanar tandas ligadas y de buen trazo, aunque un tanto superficial. Abellán no terminó de redondear faena con su primero y Eduardo Gallo estuvo frío y sin garra. Los de Sorando, anovillados, no tuvieron ni volumen ni remate.