Opinión

Los nuevos rostros de la pobreza

PUNTO DE VISTA

Vicente Altaba (*)

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La crisis afecta a sectores cada día más amplios y está cambiando el perfil de los pobres en España. Así lo pone de relieve el informe presentado por Cáritas Española sobre las demandas de ayuda que le llegan. Un informe que recoge datos cuantitativos e información cualitativa referidos tanto a los cambios en los tipos de demandas como a las características de las personas que las presentan.

En cuanto al número, constatamos que a mitad del año 2008 el número de demandas de ayuda ha alcanzado el 70,4 por ciento de todas las que hubo en el año 2007. En este tiempo se ha producido un aumento de demandas superior al 40 por ciento en relación al año anterior. Una cifra que es muy probable que aumente en el segundo semestre, entre otras cosas porque la urgencia del informe no ha permitido recoger datos de todas las parroquias y tenemos la seguridad de que cuanto estos datos estén a nuestro alcance las cifras registrarán un notable aumento. Pero no sólo constatamos un aumento en las demandas, sino que el estudio pone de manifiesto que se están produciendo cambios cualitativos en los tipos de demandas:
  • Solicitud de ayudas para vivienda (impagos de hipotecas, deudas de alquileres, embargos, desahucios) y, en menor medida, suministros (recibos de luz, agua, gas).
  • Demandas para el acceso al empleo (información, orientación, apoyo en la búsqueda), especialmente para personas paradas procedentes del sector de la construcción y de la industria con poca o nula cualificación profesional, y también del sector servicios: mujeres que buscan trabajo como empleadas de hogar.
  • Vuelve la petición de alimentos, cosa que casi había desaparecido.
  • También adquiere cierta relevancia la información y orientación para asuntos legales y de extranjería, destacando el aumento de demandas de retorno voluntario de inmigrantes (sobre todo Ecuador y Bolivia) y el asunto de demandas de asesoramiento jurídico de inmigrantes para solicitudes de arraigo, de reagrupación familiar, etc.
  • Y destaca también el aumento de las demandas de apoyo psicológico de menores y adultos (depresiones, deterioro de relaciones familiares, ansiedad) por parte de las familias.
El tipo de demandas pone de manifiesto los nuevos rostros de la pobreza en la actual crisis económica. Entre ellos aparecen familias y personas con nacionalidad española en situación de vulnerabilidad, con cabeza de familia varón en paro (40 o más años de edad), con hipoteca, que vivían con lo justo, sin recursos para ahorrar, agotaron los apoyos familiares, las prestaciones por desempleo y van a Cáritas a solicitar ayuda para necesidades básicas de vivienda, acceso al empleo, alimentación, ayuda psicológica y para la educación de sus hijos (libros, material escolar, etc). Nuevo lugar ocupan familias y personas inmigrantes regularizadas que entran paro, procedentes de empleos de escasa cualificación donde estaban más o menos estables y que ahora, tienen dificultades económicas para afrontar necesidades básicas, pocas veces acceden al mercado laboral, y cuando lo hacen es de manera corta, inestable y escasamente remunerada.Les siguen inmigrantes con deudas de hipotecas, alquileres o incluso de préstamos personales elevados, que demandan también alimentos y ropa o que solicitan el retorno.

Y un nuevo rostro frecuente es el de las mujeres inmigrantes ‘reagrupadas’ sin formación, ni cualificación que apenas han salido de núcleo familiar, que vienen a Cáritas acompañadas de un marido recién parado, a buscar acceso al empleo para sacar adelante la maltrecha economía familiar.

Estos datos descubren con toda crudeza que la pobreza aumenta entre nosotros y que sus rostros son cada día más próximos y familiares. Rostros que tienen que hacer caer en la cuenta de que ha llegado el momento de reaccionar ante el consumismo alocado de los últimos años y escuchar la voz de la solidaridad que llama con fuerza a la puerta.

(*) Delegado Episcopal de Cáritas España