Toros

El novillero Arturo Saldívar, último destacado del año en Las Ventas

Saldívar cuajó una actuación muy prometedora (Foto: WWW.LAS-VENTAS.COM)
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
El novillero mexicano Arturo Saldívar ha sido el último destacado del año en la plaza de Las Ventas de Madrid, en el cierre de la temporada que tuvo lugar el pasado domingo 26 de octubre.

El novillero azteca, que hacía su presentación en este coso, causó una gratísima impresión y a la salida los aficionados comentaban en los corrillos que suelen formarse la sensación dejada por el de Jalisco.

No se pudo hablar de un triunfo tangible de orejas, porque el ganado no le acompañó, pero fue suficiente su actitud, su valor sereno y sus elegantes maneras para convencer y dejar la puerta abierta a una nueva comparecencia en la Monumental en las primeras novilladas que se celebren en Las Ventas a comienzos de 2009 para entonces poder dar un golpe más contundente que le abra otras puertas y le perfile como uno de los novilleros más interesantes de la próxima temporada.

Su primer novillo fue un animal noble y blando que llegó muy parado al último tercio. Saldívar mostró su valor y serenidad, dejando detalles sobre la mano izquierda de torero de calidad y gusto. La faena fue larga, pero el final con dos circulares por la espalda y un ajustado y valeroso cierre por manoletinas caldeó más a los aburridos tendidos. Falló reiteradamente con los aceros, pero en el ambiente dejó que la tarde iba a estar marcada por su actuación.

El quinto novillo, con el hierro de Sorando, tuvo algo más fondo que sus hermanos lidiados, pero pronto cantó su falta de raza y se apagó.

Saldívar le recibió con muy buenos lances, para luego rematar con un quite por delantales. El comienzo de faena fue espectacular ,con una primorosa pedresina por la espalda, para luego ligar tres trincherazos profundos, haciéndolo todo con mimo, tranquilidad y sin ninguna prisa.

Saldívar firmó dos series de toreo en redondo sobre la mano derecha donde llevó muy cosido al utrero de Sorando, y luego una más al natural de toreo vertical y muy profundo.

Ahí el novillo se acabó y no quiso seguir los engaños. Luego vino el valor estoico, el aguantar las miradas y parones, los toques justos y precisos, y muletazos de mucha autoridad con la planta quieta.

Salerosos pases de pecho, detalles de toreo caro y la sensación de estar ante un novillero de buena catadura, pero de valor frío. Lo emborronó con un pinchazo, tras dejar una estocada arriba contundente.

Se mereció la oreja, no quiso dar la vuelta al ruedo y saludó una ovación desde el tercio, pero para muchos fue toda una sorpresa.

Le falta cuajarse y torear (la base), pero tiene los mimbres para ser alguien en la Fiesta.

Tan sólo lleva tres tardes en España: Santa Cruz del Retamar, donde vislumbró; Guadarrama, donde dejó apuntes; y esta de Madrid, donde ha ratificado lo hecho en días precedentes en esas ferias.

Festejo aburrido
El resto del festejo fue largo y pesado como consecuencia del deslucido y blando juego de los novillos de Paco Sorando, que dieron al traste con la novillada. Hasta dos ejemplares fueron devueltos por inválidos, y en su lugar saltaron dos sobreros con el hierro de Salvador Valverde. Sí, Salva, el popular y polémico aficionado del tendido 7, que ha echó una breve incursión como ganadero de reses bravas, hasta que este mismo año ha acabado vendiéndolas.

Uno de esos novillos fue el primero que correspondió a Carlos Gallego. Este astado, muy en el aire de Cebada Gago, resultó manejable y repitió, mereciendo un mejor trato que el que le dio el novillero maño en una actuación muy discreta.

El cuarto fue un utrero descastado y que topaba, con el que Gallego anduvo con oficio y sin brillantez alguna, entre el bostezo de todos.

La otra ovación de la tarde fue para Miguel Hernández Miguelín, pero con muchas voces en contra cuando salió de la boca del burladero.

Se enfrentó en primer lugar al segundo sobrero de la tarde de Salvador Valverde, que no tuvo una pizca de fuerza y que debió volver a chiqueros por inválido.

Miguelín tuvo el acierto de mantenerlo en pie y que no se le cayera. Le pulseó bien a media altura, para luego dejar un toreo por manoletinas con más arrojo que gusto. Se le atravesó la espada y pinchó. Ovación. El sexto fue un utrero de Sorando distraído, sin celo ni raza, con el que el novillero estuvo ligero y sin apreturas en una labor muy vulgar.

Con la noche sobre Las Ventas, se echó el telón. Ahora, a esperar hasta 2009. Lo echaremos de menos.

Victorino Martín gana el premio al toro más bravo de la temporada en la monumental
La Asociación de Abonados de la plaza de Las Ventas (Abovent) ha fallado su galardón al toro más bravo de todos los que se han lidiado en esta temporada el coso de la capital. Este galardón, que llega a su tercera edición, ha recaído en Platafino, número 89, cárdeno de capa y con el hierro de Victorino Martín, lidiado en quinto lugar el sábado 4 de octubre dentro de la Feria de Otoño por el diestro Diego Urdiales, al que cortó una oreja a este ejemplar de la vacada galapagueña. El victorino tuvo una bravura muy profunda por ambos pitones, humillando mucho y con la casta y trasmisión necesaria que exige la afición venteña. El torero le cuajó una muy buena faena sobre la mano derecha, aunque no consiguió acoplarse de la misma forma por el gran pitón izquierdo que tenía el notable toro de la divisa azul y encarnada. El premio se entregará este invierno y la obra es de Santiago de Santiago.