Cruce de acusaciones por el nuevo Puerta de Hierro

La nueva concejala de Sanidad de Galapagar, Elena Montoya (PP), ha culpado a la ex alcaldesa, Carmen Toledano (PSOE), de haber acordado con la Comunidad de Madrid que los vecinos fueran excluidos de los servicios y asistencia del nuevo hospital Puerta de Hierro de Majadahonda.

Montoya, que mantuvo una reunión esta semana con representantes de la Consejería de Sanidad, señala que “como consecuencia de esta decisión se mandaron órdenes expresas para no recibir a los vecinos en el nuevo centro hospitalario, pese a ser éste su hospital de referencia”. El Equipo de Gobierno que dirige Daniel Pérez asegura que “se van a tomar las medidas oportunas para subsanar este error”, de modo que todos los galapagueños puedan beneficiarse de las modernas instalaciones del hospital y de sus más de 165.000 metros cuadrados.

Jugando con la salud
Desde que el pasado 16 de septiembre se inaugurara este centro de Majadahonda, los viajes y malentendidos se han sucedido. Mientras los vecinos recibían una carta informándoles de que el Puerta de Hierro era su hospital de referencia, luego eran rechazados por el personal y derivados al hospital de El Escorial, provocando el desconcierto y la indignación.

Toledano se defiende
Ante las acusaciones del PP, la ex regidora, Carmen Toledano, ha asegurado que se trata de “una vil calumnia”. “Mienten descaradamente, porque lo que se reclamó por parte de la alcaldesa, y así consta en el fax remitido en su día, es una solicitud para que se dispusiera de una línea de autobús que conectara Galapagar con el nuevo hospital, dado que no había ninguna”. Tanto Toledano como la portavoz socialista, Carmen Andonaegui, indican que “desde hace meses los profesionales del Centro de Salud de Galapagar recibieron órdenes de la Gerencia de Atención Primaria del Área 6 para remitir a todos los pacientes al hospital El Escorial, porque según la Consejería de Sanidad el nuevo Puerta de Hierro no iba a ser el centro de referencia para Galapagar”. A juicio de la ex regidora, el alcalde, Daniel Pérez, pretende es “echar balones fuera para desviar la atención de lo que es un clamor popular y que la ciudadanía tiene cada vez más claro: la política de Esperanza Aguirre es perjudicial para la salud”.