Galapagar

Cartas desde la charca

Emys Orbicularis

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Por más que lo intento, no consigo salir de mi asombro, porque parece que en las filas socialistas todavía andan despistados tras la moción de censura y no saben muy bien por dónde salir. Lo último me ha llegado a la charca, en papel mojado pero que se puede leer con claridad, con un comunicado que acaba de esta guisa: Resulta curioso que concejales del PP que no residen en el municipio de Galapagar tengan la capacidad de decisión con su voto de imponer las subidas de tasas de los vecinos que viven en Galapagar. Así que después de esto, supongo que lo siguiente será recuperar el espíritu de los cristianos viejos, el vasallaje y la limpieza de sangre para volver a los tiempos del feudalismo y olvidarnos de la democracia y esas cosas modernas que no llevan a ningún lado. Y digo yo, ya que nos ponemos manos a la obra... ¿por qué no dejar las actas de concejales sólo para los de Galapagar de toda la vida, que acrediten descendencia mínima de cuatro generaciones y cuyo apellido sea sólo el de ilustres familias de la localidad, no contaminadas por la sangre de otras de pueblos vecinos? Mejor aún: ¿Por qué no establecer un baremo que regule la importancia del voto en función de la distancia de la residencia al Ayuntamiento? Medio voto para los que vivan en Vistanevada y San Alberto Magno; 0,6 para los de la Quinta del Praderón; 0,4 para los de Roncesvalles, un tercio de voto para los vecinos de El Guijo, Parquelagos y La Navata; 0,7 para los de San Gregorio; y un voto entero y verdadero sólo para los que tengan su casa en las calles Guadarrama, Soberanía, Calvario y Concejo. Y ya veremos si alguna más. Un disparate, ¿no? Pues eso mismo”.