ANTONIO CIDONCHA - Fuenlabrada (Madrid)
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Mi madre lleva dos años diagnosticada de Alzheimer y desde entonces tenemos solicitada una plaza en el Centro de día de Collado Villalba o Residencia. Lo que al principio era llevadero, se ha vuelto insoportable. Somos dos hermanos casados y con familia. Mi hermano y su mujer trabajan y tienen dos hijos. Mi mujer tiene invalidez permanente absoluta y yo invalidez permanente total. A mi mujer también tenemos que atenderla y mi hija está en la universidad y está todo el día fuera. Mi madre ya ha llegado al apunto de que tenemos que darle la medicación, asearla, comer con ella; es imposible el diálogo, se ha dejado el gas encendido varias veces, no puede salir solo, confunde y se le olvida todo. Yo tengo que ir todos los días desde Fuenlabrada a Villalba para darle de comer y mi hermano por la noche para darle de cenar. Así no se puede vivir. La trabajadora social nos dice que hay una larga lista de espera y que el problema de mi madre, que es viuda, es que cobra 847 euros de pensión y que tiene un piso propio.
¿Dónde está la ayuda para estos enfermos y sus familiares?. Es una pena que solo que cuando una persona mediática tiene esta enfermedad, salga publicado en toda la prensa y se multipliquen las muestras de solidaridad con ella. Y a los miles de afectados anónimos y sus familiares ¿quién les presta atención? ¿dónde está la ayuda del Estado?. Los que no conviven con un enfermo de Alzheimer jamás sabrán lo que sufren sus familiares.