Opinión

El hospital de Villalba - Arboricidio en Guadarrama Patrullas ciudadanas en Los Arroyos

Luces y sombras

Manuel J. Ortega

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Nos consta que el alcalde villalbino, José Pablo González, está intentando a toda costa apuntarse el tanto de la futura construcción de un hospital en esta localidad. Y lo está haciendo con su ya característica habilidad a la hora de utilizar verdades a medias que, a día de hoy y soprendentemente, aún no han sido rebatidas con la contundencia que merecen (¿seguirán de vacaciones?) por parte de los responsables del grupo municipal del Partido Popular. En su nueva estrategia, González deja entrever que mantiene unas cordiales relaciones con la presidenta de la Comunidad de Madrid (dice que ha convencido a Esperanza Aguirre a través de distintas entrevistas de la necesidad de este hospital), cuando hace apenas dos semanas y con motivo de la visita del secretario general de UGT, José Rodríguez a este municipio, acusó a Aguirre de acosar, hostigar y discriminar al Ayuntamiento villalbino. Y tampoco entendemos como IU, ADEI y el PP, que junto con el PSOE promovieron la Plataforma por la Sanidad que recabó firmas entre los ciudadanos e hizo llegar a la Consejería de Sanidad las reivindicaciones de los ciudadanos tanto de Collado Villalba como de otros pueblos limítrofes donde manifestaban que el Hospital de Puerta de Hierro de Majadahonda no iba a solucionar el problema asistencial de esta comarca, no han salido a la palestra para poner al alcalde en su sitio.

La presidenta regional y sus consejeros vinieron a Collado Villalba con la lección perfectamente aprendida. Conscientes de las continuas críticas vertidas por José Pablo González contra el ente autonómico, Aguirre puso en su sitio al regidor local al afirmar delante de él que “la Comunidad de Madrid ha destinado para inversiones en este municipio más de 100 millones de euros (17.000 millones de pesetas) que han sido o están siendo invertidos en un Centro de Salud para El Gorronal, remodelación integral y ampliación del edificio de los juzgados, ampliación de la plantilla de Policía Local con la incorporación de 30 agentes de la BESCAM cuyo coste corre a cuenta del ente autonómico, nueva estación de bombeo de aguas residuales, asfaltado de la M-510, cofinanciación con el Ayuntamiento de la obra de construcción del nuevo edificio de la Policía Local, subvención para la rehabilitación de infraestructuras en el casco antiguo, subvención para la creación de la Escuela de Música y Danza, ayudas económicas en materia de Familia y Asuntos Sociales, construcción de la Universidad a Distancia (UDIMA) en el eje Maripis-Cantos Altos, construcción de una escuela infantil en Fuente Álamo con capacidad para 100 niños de 0 a 3 años y de un colegio en Cantos Altos, primer centro público bilingüe de la localidad, para 450 alumnos.

Si en los tres últimos años la Comunidad de Madrid ha invertido en este municipio 17.000 millones de las antiguas pesetas, no tenemos más remedio que preguntar: ¿En qué se ha gastado el Equipo de Gobierno sus presupuestos multimillonarios? ¿En rotondas y ajardinamientos varios? ¿En pagar suculentos sueldos a asesores y cargos de confianza? ¿En aumentar la plantilla municipal para colocar a personas afines o con las que puedan tener algún tipo de compromiso? ¿En hacer unas fiestas donde los espectáculos, incluidos los taurinos, se conceden a empresas de amigos sin mediar concurso alguno? ¿En construir un parking y un túnel subterráneo en la calle Honorio Lozano, en contra de la opinión de muchos ciudadanos y de los tres grupos de la oposición, hipotecando esta infraestructura durante 40 años para lucro de una empresa privada?¿En subvencionar a medios de comunicación locales a través de convenios de dudosa legalidad ? ¿En hacer encuestas disfrazadas de sondeos de opinión sobre la gestión municipal en los que abundan las preguntas destinadas a conocer la intención de voto de los villalbinos?... ¿Donde está, pues, la marginación por parte del Gobierno regional hacia este Consistorio, tal como ha venido denunciando reiteradamente José Pablo González?
Cuando a uno le quitan los palos del sombrajo y ve que éste se le viene encima, lo lógico es que salga del embolado haciendo mutis por el foro, pero con el señor González la lógica no existe y estoy convencido que seguirá interpretando su papel de víctima cuando tenga que pronunciarse sobre el trato que dispensa a este Ayuntamiento la Comunidad. Y eso que Esperanza Aguirre lo puso contra las cuerdas al recordarle los dineros invertidos por el Ejecutivo madrileño en este municipio. Pero el susto le duró poco tiempo, ya que un par de días más tarde y una vez recuperado el aliento, ha vuelto a repetir hasta la saciedad que el artífice de que Collado Villalba tenga pronto un hospital ha sido él. Como dice un amigo mío, ¡y eso que no tiene abuela!...

Un vecino de Guadarrama, Fernando Oteo, nos envía un breve escrito en el que bajo el título de “Arboricidio en Guadarrama”, pone una vez más de manifiesto las agresiones medioambientales que se producen en distintas localidades de la Sierra del Guadarrama ante la pasividad de nuestras autoridades. El texto de esta interesante carta dice: “En la calle de La Calzada de Guadarrama -el mismo nombre de la vía eriza el vello y pondría en guardia a cualquiera que empezara en ella unas obras como las actuales- acaba de perpetrarse un arboricidio en masa que causa estupor, Algún Atila aborigen ha decidido ejecutar sin piedad varios plátanos de sombra y varias acacias, una hemorragia vegetal de cientos de años de vida. Qué más da, cavilará el bárbaro en su escaño abanicándose las meninges con la nueva ley del arbolado: total, plantaremos otros nuevos y, además, gracias al gúguel siempre podrán los nostálgicos consultar la versión preposmoderna de la calle. Contra la devastación, palitroques y reforestación virtual. Lástima del museo Thyssen que aquí tuviéramos. Con su amenaza de traslado habríamos podido redimir a los condenados, como en Madrid. Si vienes a Guadarrama esconde los geranios. Anda suelto el asesino de La Calzada”.

Como habrán podido observar, el contenido de esta denuncia tiene ciertos aditivos jocosos, algo que el autor ha incluido, suponemos, para no utilizar la acritud que merecen este tipo de agresiones a la naturaleza. Corresponde ahora a nuestros políticos valorarla y tomar las medidas oportunas para que este tipo de hechos no vuelvan a convertirse en trágicos protagonistas de la actualidad de nuestros municipios.

Y finalizamos hoy nuestra sección en Los Arroyos, una zona urbana perteneciente al Ayuntamiento de El Escorial, donde los vecinos se sienten inseguros por la ausencia de efectivos policiales. Por este motivo el partido independiente Montearroyo ha remitido un comunicado en el que indica que los residentes en esta populosa urbanización van a poner en marcha patrullas ciudadanas para que por las noches “queden protegidos los bienes comunes y las personas”. En dicho comunicado también se dice que “no tenemos ninguna vocación de policías, pero creemos que es inaceptable que nuestras autoridades municipales y regionales nos tengan en esta situación de abandono”. Al margen de los robos habidos en viviendas y chalés, los promotores de estas acciones han denunciado el aumento de actos de vandálicos en la zona, destacando en este aspecto los recientes destrozos producidos en un parque de gimnasia para la tercera edad que aún no había sido inaugurado, las roturas de farolas, los ataques contra vehículos estacionados en la vía pública o los desperfectos habidos en el parque infantil. Los representantes del partido independiente Montearroyo han pedido al Equipo de Gobierno de la Villa que convoque cuanto antes al Consejo Local de Seguridad y explique, además, por qué es uno de los pocos consistorios de la Sierra del Guadarrama que no va a tener, al menos de momento, agentes de la BESCAM. Y puesto que estamos metidos de lleno en el tema de la inseguridad ciudadana, resulta obligado decir que este problema también lo sufren los vecinos del barrio de Las Zorreras, los de la colonia Nueva España, El Guijo, las urbanizaciones aledañas con el puente del Herreño y el Polígono P-29, núcleos residenciales pertenecientes a los ayuntamientos de Alpedrete, Collado Villalba, El Escorial, Galapagar y Guadarrama, con una población superior a las 5.000 personas residentes durante todo el año en un radio no superior a cinco kilómetros cuadrados, donde según las versiones dadas por algunos vecinos a este periódico, la Policía Local brilla por su ausencia y a la Guardia Civil se le ve un par de veces al mes. “Y el caso curioso, añaden, es que aquí nos cobran los mismos impuestos que a los que residen en el casco urbano aunque no disfrutemos de los mismos servicios. Y eso sí que es una injusticia”.