LUCES Y SOMBRAS
Manuel J. Ortega
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La decisión tomada por el nuevo regidor popular de Galapagar, Daniel Pérez, de rebajar su sueldo en un 10 por ciento en relación al que percibía su antecesora en el cargo, la socialista Carmen Toledano, se puede considerar como la excepción de la regla en un colectivo que durante los últimos años no ha tenido recato alguno a la hora de subirse sus percepciones salariales (entre el 12 y el 30 por ciento anual en la mayoría de los consistorios de la Sierra) y ahora, con la crisis acechando, se apuntan a realizar, cara a la galería, bajadas testimoniales (2 por ciento la alcaldesa de Valdemorillo, que rechazó una propuesta del 5 por ciento del grupo municipal PV) o limitarse a congelar los salarios, caso del regidor de Collado Villalba, que aún así seguirá percibiendo más de 70.000 euros brutos anuales, además de dietas, gastos, coche oficial y conductor-guardaespaldas. Pero el problema no termina en estos tres casos, ya que en otros municipios de la zona Noroeste nos encontramos con burgomaestres que cobran más que la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, caso de Bonifacio de Santiago, alcalde de Las Rozas (102.000 euros anuales) o los de Navalcarnero y Villanueva del Pardillo (90.000). Este desmadre, del que nos hemos hecho eco aquí en varias ocasiones, ahora tiene tintes más dramáticos en un país que está al borde de la recesión, donde el número de parados aumenta diariamente hasta cifras insospechadas y también el de familias a las que les quitan la casa o tienen que recurrir a las ayudas de instituciones como Cáritas para poder comer.
Las asociaciones de municipios de Asturias, Valencia y Extremadura quisieron corregir el desmadre salarial de nuestros munícipes estableciendo las retribuciones en función de la población de sus respectivos municipios. Así, en los de menos de 5.000 habitantes, el salario del primer edil no podría superar los 35.068 euros brutos/año; de 5.001 a 20.000, el sueldo sería de 40.600; de más de 20.001 y hasta menos de 100.000, la cantidad sería de 54.000 euros (es decir, 20.000 menos que el alcalde villalbino, José Pablo González, y en 48.000 inferior a la que disfruta el burgomaestre roceño, Bonifacio de Santiago). En cuanto a los regidores que estuvieran al frente de municipios con más de 100.000 habitantes, su sueldo bruto anual sería de 62.000 euros. Como habrán observado, estamos hablando de cantidades nada despreciables, aunque estén bastante alejadas de los millonarias (al menos en pesetas) que manejan algunos ayuntamientos de esta zona, porque a la hora de calcular el coste de nuestros políticos también se debe tener en cuenta las percepciones de los concejales del Equipo de Gobierno, los de la oposición con dedicación exclusiva o parcial, las dietas por asistencias a plenos y comisiones y las propias partidas presupuestarias que manejan los grupos municipales. Desde luego, a pocos debe sorprender que la mayoría de las haciendas municipales estén al borde de la bancarrota.
Encierro político en Alpedrete
Todo parece indicar que las relaciones entre el Equipo de Gobierno de Alpedrete y dos de los tres grupos de la oposición (PSOE e Izquierda Unida) atraviesan momentos muy críticos, y de esto son conscientes los alpedretenses, a los que les resulta cada vez más difícil entender cómo entre políticos que se confiesan demócratas el diálogo brille por su ausencia. Querellas, amenazas, denuncias y descalificaciones se producen a diario en el entorno del seno corporativo, donde incluso uno puede ver a plena luz del día a los ediles de la oposición en sus mesas situadas en plena vía pública, a pie del propio edificio consistorial.
Una vez más, la falta de entendimiento entre los representantes del PSOE e IU con la alcaldesa, Marisol Casado, a la hora de encontrar un local adecuado para su ubicación (la oposición propuso las antiguas dependencias de la Policía Local, que ahora ocupa el grupo popular) y la alcaldesa les asignó un sótano situado en el Edificio de Servicios Sociales que, según ellos, además de no reunir las condiciones adecuadas, tendrían que compartirlo con otras dos asociaciones, ha sido el detonante del encierro. Y mucho me temo que el problema va a tener difícil arreglo hasta que se construya el nuevo Ayuntamiento o haya mejor predisposición para llegar a un entendimiento entre las partes.
Por alusiones y ética profesional
Me consta que algunos reyezuelos de nuestra sociedad mundana metidos a manejar los hilos de algunos medios de comunicación local con el único interés de mantener o engordar su estatus económico a cuenta de los demás, no están muy de acuerdo con los contenidos informativos de este periódico. Lo siento, pero como responsable de la línea editorial de El Faro del Guadarrama les quiero mandar el siguiente mensaje: desde pequeño me inculcaron que nunca se puede perder la dignidad de la forma que lo hacen esos cobardes especializados en manejar a los supuestos profesionales que alimentan a base de migajas. Lo único que siento y me preocupa es que estos escribanos cuya pluma -como diría Quevedo- pinta según moja en la bolsa del pretendiente, se conformen con ejercer de simples estómagos calientes, convirtiéndose en negros sumisos a la hora de amenazar con escribir historias que seguramente no tendrían ni pies ni cabeza. Y lo peor es que ni siquiera se han parado a pensar que el dinero que perciben por ello procede de todos los vecinos. De todas formas, quede claro que me encantaría remover el pasado para poder dejar a más de uno en pelotas.