Agencias | Miércoles 22 de octubre de 2014
Según un estudio realizado en varios países y que fue publicado por el BMC Health, la tendencia entre los jóvenes europeos a acudir a las drogas con fines relacionados con la sexualidad ha seguido aumentando en los últimos años. Entre las drogas preferidas encontramos la cocaína, el éxtasis, el cannabis a lo que siempre se le suma el alcohol.
El estudio fue realizado a 1.341 jóvenes cuyas edades van de los 16 a los 35 años y que habitualmente concurren los lugares de moda en Liverpool, Palma de Mallorca, Viena, Atenas, Venecia, Lisboa, Berlín, entre otros. Según este informe, un 28,6% de los jóvenes utilizan el alcohol solamente para desinhibirse y así poder encontrar pareja y un 26,2% de ellos toma cocaína para prolongar el sexo.
Mark Bellis, investigador del centro de Salud Pública de la Universidad John Moores de Liverpool, expresó que "No es coincidencia entre que mientras que hay jóvenes que beben y luego lamentan las relaciones sexuales que han mantenido bebidos existe también un uso consciente de sustancias como el alcohol con la finalidad de encontrar pareja. Y es significativo que uno de cada cinco consumidores de cocaína lo hace exclusivamente para explorar sensaciones sexuales".
Por otra parte, Amador Calafat, psiquiatra de Irefrea, señaló que "lo más sorprendente es la idea de estos jóvenes de que las drogas están ahí para servirse, para ellos tienen un sentido utilitario". Además, mencionó que "a la mayoría le parece normal utilizar drogas para el sexo, lo hagan mucho o poco, y tan sólo un porcentaje ínfimo se plantea el porqué".
La investigación se centró en tres aspectos, por un lado las implicaciones de las drogas en la iniciación al sexo, su uso para lograr determinados efectos sexuales y por último, las consecuencias que ello trae aparejado para la salud pública, sobre todo en la práctica de sexo no seguro.
A raíz de esto, se puede deducir que una política de prevención del consumo de drogas entre los jóvenes debe contar con el componente sexual. En relación a esto, el profesor Bellis señaló: "No podemos tratar de solucionar el problema del alcohol, de la droga y de las relaciones sexuales no seguras de manera aislada, porque para mucha gente joven las tres cuestiones forman parte de una noche de marcha".