Agencias | Miércoles 22 de octubre de 2014
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido ante el Congreso de los Diputados los planes del Gobierno para hacer frente a la crisis financiera. Sin embargo aclaró: "no queremos crear una banca pública ni sustituir al mercado".
El presidente del Ejecutivo, ha adelantado que el Banco Central Europeo (BCE) ha remitido al Ejecutivo un "informe favorable" de su programa de ayuda al sistema financiero. De esta manera, el presidente ha afirmado que la intervención pública es "necesaria e insustituible" para asegurar la estabilidad y la financiación requerida por empresas y familias, y que será cada vez más necesaria para impulsar la actividad económica y la creación de empleo. Sin embargo, aclaró a los presentes que con esto el Gobierno no pretende "crear una banca pública ni sustituir al Estado".
Zapatero señaló, además, que las primeras operaciones de compra de activos a la banca se podrán realizar ya durante el próximo mes de noviembre, para lo que se aprobará este ejercicio un crédito extraordinario de 10.000 millones ampliables hasta 30.000 millones.
Los activos de "máxima calidad" adquiridos serán cédulas hipotecarias o bonos de titulización respaldados por préstamos de familias y empresas no financieras. Además, el fondo estatal primará la adquisición de activos respaldados por nuevo crédito, es decir, los otorgados después del 7 de octubre de 2008. Este fondo se realiza con cargo al Tesoro y está previsto que se pueda llegar hasta 50.000 millones de euros durante 2009 si es necesario.
Respecto al decreto-ley que recoge la posibilidad de que el Estado conceda avales para las operadoras financieras entre entidades, el presidente recordó que desde este año se podrán avalar hasta 100.000 millones de euros. Con esta iniciativa, el Gobierno pretende incrementar la confianza en la banca a la hora de concederse préstamos.
Por último, José Luis Rodríguez Zapatero señaló que se debe avanzar "más allá" de las medidas urgentes tomadas en Europa porque es necesaria una reforma de la regulación y la supervisión bancaria. Así, el presidente del Gobierno insistió en la necesidad de "ampliar el perímetro" del control y la supervisión, incluyendo a todos los agentes financieros que hagan peligrar la estabilidad; reforzar la regulación internacional de exigencias de capital para aumentar los márgenes de seguridad del sistema y reducir la posibilidad de quiebra de las entidades.