EL VIERNES SANTO TIENE LUGAR LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO, con la participación de todas las cofradías de la localidad
ENRIQUE PEÑAS | Miércoles 22 de octubre de 2014
La procesión de la Virgen de la Soledad marcó el pasado viernes el inicio de la Semana Santa de San Lorenzo de El Escorial, la más importante de la Sierra y una de las más significativas de la región junto a las de Alcalá de Henares y Madrid capital. Las cofradías de Jesús de Medinaceli, Jesús Nazareno, Jesús Caído (la última en incorporarse, en 1986), Nuestra Señora de la Piedad y Cristo Muerto, y la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte también han salido ya en procesión por las calles del Real Sitio, en donde en estos días se mezclan devoción, cultura, religiosidad y tradición.
12 procesiones componen la Semana Santa sanlorentina, que desde hoy, Miércoles Santo, entra en su segunda mitad, la más intensa, empezando por el desfile procesional del Santo Sepulcro, que tiene lugar esta noche (22.00 horas), y continuando con el Via Crucis del Jueves Santo; el Santo Entierro (el viernes, a partir de las 19.30 horas), donde se dan cita todas las cofradías y hermandades, con final en la Basílica del Monasterio; la procesión del Silencio (también el viernes, a las 24.00); y el emocionante desfile procesional del Encuentro (el Domingo de Resurrección, a las 11.15 horas).
Quique París, de la Junta de Cofradías, explica que en la Semana Santa del Real Sitio participan más de 3.000 cofrades, además de las miles de personas, especialmente el Viernes Santo, que cada día siguen las procesiones. Las cofradías más numerosas son las del Santo Sepulcro, Jesús Nazareno y La Piedad, además de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte (con más de 600 hermanos), cuyo paso del Calvario -que el año pasado no pudo salir- ha estrenado carro. En el resto, el número de cofrades está en torno a 300.
Las procesiones de la Semana Santa de San Lorenzo se remontan a los años 40, interrumpiéndose en 1969, hasta que la Junta de Cofradías recuperó la tradición en 1982. Desde entonces, año tras año, las calles del Real Sitio aguardan la llegada de las distintas imágenes, con notable participación de los vecinos. La capilla del barrio del Rosario, la de las Carmelitas, el cementerio parroquial, la capilla de Jesús Nazareno o el Santuario son algunos de los puntos de partida de los distintos desfiles procesionales, con punto final en la mayor parte de los casos en la parroquia, después de haber atravesado las calles del pueblo. En ese intervalo entre 1969 y 1982, recordaba Quique París, la única procesión que se mantuvo fue la del Silencio, organizada por el la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que en la noche de Viernes Santo sube desde el Santuario de la Virgen de Gracia hasta su capilla del cementerio parroquial. Se trata sin duda de uno de los momentos de mayor recogimiento en esta Semana Santa sobria pero también colorista.
También tiene un importante protagonismo la Banda de Cornetas y Tambores de la Junta de Cofradías, creada en 1982 y que por tanto el próximo año celebrará sus bodas de plata. Esta agrupación llegó a tener hasta 90 miembros, si bien en los últimos años se ha producido un ligero descenso, algo que sin embargo no ha hecho mella en el ánimo y la ilusión de sus componentes, dirigidos por Juan Ramón Cobo Serrano. “Realizan una labor excepcional y de manera completamente gratuita”, señalaba París. A las cornetas y tambores de esta banda se unen en la procesión del Santo Entierro la Agrupación Musical Virgen de la Soledad, de Maello (Ávila) -que repite presencia en San Lorenzo- y la Asociación Cultural de los Santos Justo y Pastor, de San Justo de la Vega (León); además, estarán presentes también la banda del Padre Soler, La Caída y la del Santo Sepulcro (compuesta únicamente por tambores).
Se trata de un trabajo, indicaba Quique París, que se prolonga a lo largo de buena parte del año, prácticamente desde el mismo momento en que acaban las procesiones. “Se ven los fallos y se tratan de corregir”, añadía, explicando finalmente que, además de la colaboración institucional, los gastos de la Semana Santa se sufragan con las cuotas de los hermanos y los donativos que la Junta de Cofradías recibe por parte de empresarios, comerciantes y vecinos en general.