Opinión

Tenemos lo que nos merecemos

Reflexiones

Julia Ramos

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Estamos amuermados; no reaccionamos y así nos va. No me extraña lo que está pasando en Marbella, y en nuestro pueblo, y en España. Ahí está el contrato de Primer Empleo en Francia, que gracias a la movilización de los jóvenes (y a los paros de sus padres y profesores, que les han acompañado), se ha quedado en agua de borrajas.

Entre tanto, aquí nuestros jóvenes se reúnen también, pero para reivindicar el botellón. ¡Asco de país!. Y aquí, en las tertulias radiofónicas y televisivas, se ha dicho que los franceses no tienen razón, que querían gollerías. ¿Por qué ese descrédito?. ¿Para que no tomemos el ejemplo?. Cuando un pueblo está concienciado, cuando les han educado en la responsabilidad, cuanto tiene una cultura democrática, cuando sabe lo que quiere, cuando no permite que se rían de él, pasan esas cosas: que por mucho que los gobiernos se empeñen, los ciudadanos salen a la calle, demuestran su descontento e inconformidad y las cosas cambian. Es el pueblo quien tiene la última palabra.

En Collado Villalba nos estamos ganando a pulso volver a padecer a este Equipo de Gobierno, o muy parecido, que está haciendo lo que estamos viendo: pasar el rodillo de la mayoría absoluta. Y seguiremos con los despropósitos: Honorio Lozano, Plaza de Toros, mala Sanidad, mala Educación, calles levantadas e intransitables, suciedad, despilfarro, prepotencia. Y seguiremos soportando que nos digan, ante la demostración de que no se hace nada o muy poco y que no están cumpliendo con sus promesas, que “aún falta un año para terminar la legislatura”, así, sin ningún pudor. Pero no reaccionamos, nos quedamos en casa. Y aunque no me creo la encuesta de ese innombrable periodiquillo rastrero, servil y parcial, no me extrañaría que los tiros fueran por ahí, por volver a tener como alcalde al señor González Durán. Y seguiremos con la travesía del desierto, y seguirán aumentando los despropósitos y seguiremos con la prepotencia, con el despilfarro. Seguiremos viendo cómo se miran más los intereses partidistas que los de los villalbinos, cómo se preocupan más de sí mismos que de sus gobernados. Pero nos quedamos en casa, no leemos, no vemos la televisión con espíritu crítico. Y no tenemos conciencia de lo importante que es el acto de echar nuestro voto en una urna y de lo que podemos cambiar.