Opinión

Del dicho al hecho.- La Semana Santa en el Real Sitio

Luces y sombras

Manuel J. Ortega

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Con motivo del 20 aniversario de este periódico (el primer ejemplar salió a la calle el día 23 de mayo de 1986), estamos preparando un número especial en el que queremos ofrecerles, entre otros temas, un amplio resumen de las noticias más importantes publicadas por El Faro del Guadarrama durante ese tiempo. Esto nos ha llevado a desempolvar los tomos de nuestro archivo para poder viajar por el túnel del tiempo y así rememorar esas dos décadas de intensa actividad social, económica y política en la Sierra del Guadarrama.

En ese deambular por nuestra hemeroteca fariana, entre otras cosas, nos hemos encontrado con frases curiosas, con promesas hechas por políticos aún en activo y que no han cumplido, con supuestos encargos de proyectos que han debido extraviarse, con llamadas a la concordia... Tenemos algunos ejemplos al respecto que voy a comentarles brevemente y sólo a título de anticipo. Por ejemplo, los primeros escarceos de José Pablo González, actual alcalde de Collado Villalba, en la vida política, donde destaca su primera intervención pública (19-6-1999), tras ganar las elecciones municipales. Vean, vean lo que decía: “Queremos impulsar la participación y el talante dialogante con el resto de las fuerzas políticas para intentar llegar al consenso a la hora de sacar adelante los distintos proyectos”, añadiendo seguidamente: “Queremos pasar página y abrir una nueva etapa para hacer un Ayuntamiento más participativo en el que se pongan los recursos al servicio de la ciudadanía”. ¿Se acuerdan? ¿Qué le ha podido pasar al alcalde villalbino para sufrir tan importante metamorfosis en apenas seis años de mandato? Pero aún hay más. El 7 de agosto de ese mismo año y contestando a una interpelación hecha por la portavoz del grupo popular, Carmen Rodríguez, en sesión plenaria, donde la edil denunciaba el fuerte incremento de los sueldos del Equipo de Gobierno (25 millones de pesetas anuales en apenas un mes de mandato), además de otros 20 para contratar personal de confianza, González le contestó: “No sé si voy a ser el alcalde más caro de la Comunidad de Madrid (su sueldo se aproximaba a los siete millones de pesetas anuales), pero tenga por seguro que voy a ser el más honesto y mis ingresos vendrán siempre por vía salarial y no extrasalarial”. ¡Toma ya! Pues bien, el mes de noviembre de ese mismo año el Ejecutivo socialista aprobaba su primer presupuesto económico por importe de 2.800 millones de pesetas, a los que se debían sumar otros mil del capítulo de inversiones a través del Plan PRISMA. Si quieren hacer un comparativo les diré que el último presupuesto aprobado hace apenas un mes, por el Gobierno que preside José Pablo González asciende a 12.000 millones de pesetas (72 millones de euros), lo que supone un incremento de más del 300 por cien en seis años. ¿Ha mejorado en esa proporción nuestra ciudad? Es evidente que no y ahí tenemos las carencias en atención sanitaria, escolarización, limpieza viaria, tráfico, seguridad ciudadana, etc, deficiencias que el Ejecutivo socialista ha intentado tapar vía rotondas, plantaciones y replantaciones de flores y plantas en determinadas zonas y alguna que otra obra doméstica. Resumiendo: la ciudad está igual o peor que antes, pero con el agravante para los villalbinos de tener que pagar más impuestos para poder mantener un presupuesto anual multimillonario que, gracias a los ingresos efectuados a través de licencias de obras y otros asuntos urbanísticos, aún no ha llevado a las arcas municipales a la bancarrota. Por eso le tenemos que decir a José Pablo González que aunque el talante y el diálogo ya no tienen sitio en su peculiar código de conducta política (la tirantez que se aprecia en sus contactos con la oposición lo dice todo), lo del derroche parece una de sus virtudes, de ahí que reconozcamos su acierto al utilizar aquella frase donde decía: “No se si seré el alcalde más caro de la Comunidad de Madrid, etc,etc, etc,...”. Pues va a ser que sí.

LA SEMANA SANTA EN SAN LORENZO DE EL ESCORIAL.- Desde el pasado 7 de abril, cuando la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad protagonizó el desfile del Viernes de Dolores, y hasta el domingo de Resurección, el Real Sitio volverá a copar el protagonismo de la Semana Santa en la Sierra del Guadarrama. Volviendo a los archivos de nuestro periódico y siguiendo con el año 1999, en la edición del día 10 de abril, El Faro destacaba la masiva afluencia de visitantes a estos desfiles procesionales que, según datos facilitados tanto por el Ayuntamiento como por la Policía Local, habrían superado los 100.000 turistas. Y estos resultados los obtenían barajando las cifras de diez mil personas que habían acudido sólo el día de Viernes Santo al Monasterio y el ‘completo’ que presentaron durante todos los días los dos aparcamientos del Real Sitio, es decir el del Parque de Terreros (500 plazas) y el de la calle Pozas, con capacidad para 110 vehículos. Lógicamente, esta masiva presencia de público hizo que el sector hostelero viviese unas jornadas excepcionales, sobre todo en el aspecto económico. “Ni siquiera la explosión de un artefacto, el mismo miércoles, cuya colocación se atribuyó el grupo terrorista GRAPO y que provocó importantes daños en la basílica del Valle de los Caídos, concretamente en la sacristía y el ala izquierda del recinto donde se encuentran las tumbas de Franco y José Antonio Primo de Rivera, fueron capaces de frenar la presencia de esos cientos de miles de personas procedentes tanto de nuestra Comunidad como de distintos países europeos”, recogía nuestro semanario en primera página.

Pero eso ya es historia y volviendo a la actualidad les puedo adelantar que las previsiones de visitantes para este año, siempre que el tiempo acompañe, siguen siendo muy optimistas e incluso se prevé superar la cifra de 200.000. A tal fin, la Junta de Cofradías ha cuidado hasta el último detalle para que San Lorenzo de El Escorial siga manteniendo la calidad, la brillantez y la seriedad en sus tradicionales actos organizados con motivo de la celebración de la Semana Santa.