Opinión

Fumata blanca en el PSM. ¿Por qué no actúa la fiscalía contra los grupos neonazis? - Villalba: ni ciudad ni pueblo

LUCES Y SOMBRAS

Manuel J. Ortega

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Que Ferraz anunciase su apoyo incondicional Tomás Gómez días antes de la celebración del XI Congreso facilitó el rápido entendimiento de los socialistas madrileños reunidos la semana pasada en la capital. Las dos únicas familias (simanquistas y acostistas) que, teóricamente, podían poner algún inconveniente a la reelección de Gómez como secretario general pactaron previamente la inclusión de sus máximos representantes en la Ejecutiva y en el Comité Federal (para hacer hueco a todos hubo que ampliar de 25 a 41 el número de secretarías y vocalías) y la fumata blanca se produjo de inmediato gracias al respaldo del 85,7 por ciento de los delegados presentes en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid.

Aunque el número de hombres (25) es superior al de mujeres (16), sí se puede decir que el secretario general ha dado a las féminas las responsabilidades más importantes dentro del organigrama del PSM : Delia Blanco (Presidencia), Trinidad Rollán (Organización) y Maru Menéndez (Política Territorial). También hemos de destacar la presencia del veterano periodista Eduardo Sotillos (ex portavoz del Gobierno con Felipe González) al frente de la Secretaría de Comunicación y Estrategia, la inclusión -consecuencia del pacto antes mencionado- de Rafael Simancas y José Cepeda en el Comité Federal o la de Ángel Viveros, alcalde de Coslada, salpicado recientemente por el caso de las presuntas irregularidades cometidas por algunos miembros de la Policía Local de este municipio, quien ocupará una de las vocalías.Y, sobre todo, el cabreo de Juventudes Socialistas, que pusieron el grito en el cielo cuando vieron que su cuota de representación bajaba del 5 al 0,8 por ciento. En cuanto a nuestra comarca, hemos de destacar la inclusión de dos alcaldes en la nueva Ejecutiva. A Carmen Toledano, primera autoridad municipal de Galapagar, le han asignado la Secretaría de Política de Igualdad y al regidor villalbino, José Pablo González, la de Vivienda y Política Territorial. La elección de ambos por parte de Tomás Gómez estaba cantada desde días antes del inicio del Congreso. En el caso de la alcaldesa galapagueña por el apoyo político de Ferraz, donde es una persona muy querida, y en el de José Pablo González como consecuencia de la la política de integración promovida por el secretario general al anunciar su interés de contar con el alcalde villalbino, quien aceptó y agradeció de inmediato la invitación. Esperemos que la conciliación sea real y no se trate de un simple brindis al sol
Cuando uno creía que los desagradables incidentes protagonizados hace meses por bandas neonazis en Alpedrete habían tocado a su fin, me encuentro con una nota enviada a los medios por el coordinador de IU de Alpedrete, en la que se pone de manifiesto la existencia de “una campaña de acoso contra los movimientos sociales, y en particular contra los colectivos de izquierda de esta localidad por parte de algunos grupos fascistas”. Y a uno le cuesta entender que este tipo de grupúsculos, cuyo objetivo es desestabilizar nuestro sistema democrático con el ejercicio indiscriminado de la violencia, no tan sólo campen a sus anchas por ahí, sino que incluso se permitan amenazar de muerte a un edil, concretamente al de IU de Alpedrete, o a reventar una manifestación contra la violencia convocada por partidos progresistas y colectivos ciudadanos. No sé a qué espera la fiscalía para iniciar acciones contra estos grupos cuando el artículo 515 del Código Penal dice que “serán castigados con penas de uno a tres años las asociaciones ilícitas, entre ellas las que promuevan la discriminación, el odio o la violencia contra las personas por razón de su ideología o creencia, origen, etnia, orientación sexual, enfermedad o minusvalía”. Visto lo visto, y tras las denuncias realizadas últimamente desde Alpedrete, ¿por qué la fiscalía del Estado no persigue a estos energúmenos?.

Se dice que otro de los graves errores cometidos por el Ejecutivo socialista que preside José Pablo González fue intentar convertir urgentemente a Collado Villalba en ciudad y después de nueve años al frente del Ayuntamiento lo único que ha conseguido es configurar un pueblo grande, incómodo, con una población excesiva, con un desarrollo urbanístico exagerado, sin espacios verdes, sin servicios públicos, con exceso de tráfico, con inseguridad ciudadana, etc, etc. Al respecto, la web de Crónicasvillalbinas.blogspot.com hizo un artículo del que les ofrecemos algunos parrafos: “Es algo habitual leer en los distintos foros de internet el argumento absurdo de los defensores del alcalde de que éste ha convertido a Collado Villalba en una gran ciudad dejando de ser un pueblo, como si ser un pueblo fuese algo malo o como si eso significase que sus habitantes caminamos por la calle Real con pantalones de pana y un palillo entre los dientes. Me es indiferente vivir en un pueblo, villa o ciudad; lo que quiero es vivir con la mayor calidad de vida posible... Uno añora los años de niño en los que podía jugar en la calle hasta más allá de las 12 de la noche sin ningún problema y no como ahora, que la inseguridad se palpa en casi cualquier calle, por no hablar de lugares como el Parque de las Bombas...”. Pues bien señores: más claro, blanco y en botella.