Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
Fernando Sánchez no sólo va a tener que armar casi de la nada un nuevo CUC Villalba, sino que lo tendrá que hacer contrarreloj, empezando la pretemporada al menos una semana después que los demás, y afrontando además un inicio de Liga que causa pánico sobre el papel: Ciempozuelos, Fuenlabrada, Sanse, Alcalá, Pinto, Parla, Galáctico Pegaso y Real Madrid C, ocho teóricos aspirantes a la fase de ascenso, se van a cruzar en su camino en los dos primeros meses de competición.
Son los caprichos de un calendario cruel, que sigue marcado por la obligación de incluir 21 equipos y repartir dos jornadas de descanso por cabeza. Al Villalba le va a tocar hacerlo tarde, en las jornadas 15 y 36, en los días 30 de noviembre y 9 de abril, fechas que van a dar paso a unos finales de vuelta teóricamente más asequibles, con Pozuelo, Puerta Bonita y Vallecas como últimos rivales. Otro factor a tener en cuenta será el de la exigencia física de una competición que tiene que encajar 42 jornadas en menos de nueve meses, a base de programar cinco bloques de tres jornadas por semana, situados en octubre, enero, febrero, marzo y abril. El habitual paréntesis navideño será además más corto, del 21 de diciembre al 4 de enero.
El CUC Villalba ha encajado con lógica preocupación la exigencia de la que puede ser catalogada como su Liga más díficil desde que subió a Tercera. La semana que viene iniciará una pretemporada para la que, al cierre de esta edición, sólo cuenta con seis jugadores. Precisa 14 fichajes para echar a rodar.