El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Más de 200 vecinos de la urbanización galapagueña Molino de la Navata han estado desde el pasado día 25 de julio sin línea telefónica, lo que les ha ocasionado grandes problemas, ya que además de no poder comunicarse por esta vía, hay personas que trabajan desde casa a través de internet. La avería según les han informado desde la compañía, se ha debido a que alguien había arrancado los cables.
Según denuncia uno de los afectados, Eugenio Pordomingo, el problema es que el armario del teléfono lleva abierto desde hace años, por lo que cualquiera puede manipular las instalaciones. Este vecino ha enviado una carta a al presidente de Telefónica, poniéndole al tanto de la situación, sin obtener respuesta. Pordomingo indica que es “una vergüenza” que en pleno siglo XXI se tarde tanto tiempo en reparar una avería, denunciando que la instalación se queda abierta para que las empresas subcontratadas puedan ir a trabajar. “En este caso, ha contribuido la negligencia de Telefónica, al permitir que dicho armario estuviese abierto, sin cerradura o candado como es preceptivo, a pesar de que en reiteradas ocasiones lo pusimos en su conocimiento, incluso con carta dirigida personalmente al presidente de esa compañía”, declara este residente en La Navata.
La línea telefónica fue restablecida el martes en algunas viviendas, pero varios vecinos aseguraron que aún seguían sin línea. El malestar ha provocado que algunos ciudadanos hayan empezado a distribuir hojas denunciando la situación.
Problemas con la ADSL
Las críticas de estos vecinos van más allá, haciendo referencia al “malísimo funcionamiento de nuestra línea de ADSL; ni la velocidad que nos da el sistema es la que tenemos contratada, ni la permanencia en la red es continua. Sufrimos bajones, cortes, intromisiones y un largo etcétera”.
Ahora no ha sido sólo la línea ADSL la afectada, puesto que se ha tratado de una acción más burda, aunque más efectiva para los que la han ejecutado. Han “arrancado de cuajo los cables del armario” de las regletas, a través de los cuales se establecen las comunicaciones, finalizaba este vecino de La Navata.