Galapagar

El pleno nombra Hijo Predilecto a José Tomás y le dedica una plaza

Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
Después de la petición formulada por las peñas taurinas de José Tomás, reclamando al Ayuntamiento un reconocimiento público hacia el torero, el Consistorio galapagueño aprobó ayer en pleno el nombramiento del diestro como Hijo Predilecto de Galapagar; además, una céntrica plaza de la localidad será rebautizada con su nombre.
“José Tomás pasea el nombre de Galapagar por todo el mundo, es un embajador de nuestra ciudad y queremos agradecerle esta labor”, indicó el edil de Festejos, Deportes y Obras, Ángel Arias, que llevó esta propuesta al pleno celebrado en la tarde de ayer.

El reconocimiento público a la máxima figura del toreo español vendrá acompañado por la dedicación de una vía en el centro del municipio, que llevará el nombre del Torero José Tomás. En concreto, se trata de la plaza del Jarama, situada junto a la de la Constitución. “También queremos dejar constancia visible del reconocimiento dedicándole una plaza”, señaló Ángel Arias

Una figura de leyenda
José Tomás Román Martín nació el 20 de agosto de 1975. Sus actuaciones en Madrid, donde se proclamó triunfador de la Feria de San Isidro en 1997, 1998 y 1999 marcaron un hito en la historia del toreo. La afición por los toros se la inculcó su abuelo Celestino Román.

Actuó por primera vez en público el 25 de julio de 1989 en Colmenarejo, mientras que la primera vez que se vistió de luces fue en una novillada en Valdemorillo (7 de febrero de 1991). Sin embargo, fue en México donde pudo torear con regularidad como novillero. El 24 de septiembre de 1995 salió por la Puerta Grande de Las Ventas como novillero.

Recibió la alternativa el 10 de diciembre de 1995 en la plaza México. Confirmó en Madrid el 14 de mayo de 1996, de manos de José Ortega Cano y en presencia de Jesulín de Ubrique. En 1997 cortó en Las Ventas las dos orejas a un toro de Alcurrucén.

En 1998 cortó una oreja en la goyesca del 2 de mayo. En la corrida de la Prensa se llevó las dos orejas de un toro de El Torreón.

En 1999 toreó tres tardes en San Isidro. En la primera de ellas, el 18 de mayo, salió por la Puerta Grande tras cortar una oreja a cada uno de sus toros, en sendas faenas antológicas. En la Corrida de la Beneficencia cortó tres orejas. Esta temporada hizo el paseíllo en tres ocasiones en la Monumental de Barcelona, cortando un total de 10 orejas.

En 2001 regresó a Sevilla y a Madrid, después de estar ausente el año anterior. Salió por la Puerta del Príncipe de Sevilla en dos ocasiones. En Las Ventas, el 1 de junio, se dejó un toro vivo, recibiendo una fuerte bronca.

En 2002 se reconcilió con la afición madrileña, saliendo una vez más por la Puerta Grande. Anunció su retirada dos días después de torear en Murcia el 16 de septiembre. El 17 de junio de 2007 reaparece en Barcelona, con el coso de la Ciudad Condal lleno por primera vez desde 1985. El País (18-6-07) lo contó así: “Se estuvo quieto, pero sobre todo estuvo silencioso. Y ésa es clave fundamental en su toreo: un silencio poético y misterioso, un tanto hermético, más fácil de percibir que de entender, el silencio granítico y frío de Galapagar trasladado al silencio insondable del mar Mediterráneo. Un silencio que estremece, porque no rehuye el silencio que merodea la muerte. Pero lo torea”. El 4 de noviembre sale por primera vez a hombros como matador en la plaza México.

El 5 de junio de 2008 firma una tarde histórica en Las Ventas, cortando cuatro orejas ante astados de Victoriano del Río. El día 15 repite éxito, esta vez en una faena cargada de épica: se llevó tres orejas y otras tantas cornadas. Tras un mes recuperándose, regresó el pasado 23 de julio en Santander.

“José Tomás es el toreo”
Reproducimos aquí parte del texto de Zabala de la Serna, en el periódico Abc tras el primero de sus dos triunfos esta temporada en Las Ventas, el pasado 5 de junio: “José Tomás es el toreo. José Tomás es el toreo puro y absoluto. José Tomás convirtió su reencuentro con Madrid en una antología, en una página de oro de la Historia. Vomitar ahora toda una marea de sentimientos y pasiones con la exactitud del escribano se torna en un ejercicio vano. Nada puede igualar la experiencia de 24.000 almas unidas en un solo grito de aclamación: “¡Torero, torero, torero!”. La Monumental rugió como un volcán; la Monumental se desbordó por la Puerta Grande como la lava ardiendo. Las Ventas se rindió al toreo grande, a la tarde más redonda y pletórica de los últimos 25 años”.