La limpieza del río, una asignatura pendiente

Como cada verano, las protestas por el estado del río vuelven a saltar a la palestra. Más de 10 escritos se han recibido en la redacción de El Faro del Guadarrama de distintos vecinos que se quejan del mal olor y estado del Guadarrama a su paso por la localidad.

Una situación que hemos denunciado en varias ocasiones, ya que al hecho de que la empresa concesionaria sólo limpia el río cuando baja su caudal se une la actuación incívica de algunos vecinos, que utilizan el cauce como si de un vertedero se tratase.

Juan Ramos, uno de los firmantes de estas cartas, asegura que desde su vivienda en Los Belgas se aprecia la suciedad, pero lo peor, añade, es “el mal olor”. Para Lucía, “es triste que el Ayuntamiento haya invertido en el paseo que transcurre paralelo al río y en esas presillas que se han puesto para naturalizarlo, cuando en vez de ver patos y ranas como nos hacían ver en un folleto que buzonearon, lo único que he visto han sido ratas”. José García añade que “se debería vigilar a los jóvenes que hacen botellón junto a la estación de autobuses, porque además de dejar ese parque en muy malas condiciones, también tiran botellas al río”.

Este malestar también se trasladó al último pleno, cuando el concejal de Izquierda Unida Ricardo Terrón preguntó al Ejecutivo si ya se había procedido a la limpieza de su cauce, haciéndose eco de las protestas vecinales. El concejal responsable del área de Urbanismo y Medio Ambiente, Juan José Morales, explicó que debido a las precipitaciones de esta primavera no se había procedido a la limpieza del mismo, ya que se espera a que no exista peligrosidad para los operarios. Tras esto, el alcalde, José Pablo González, quiso señalar que esta limpieza se realizaba varias veces al año.

Carros de la compra, bolsas, botellas, cajas de cartón y todo tipo de enseres aparecen en el río Guadarrama cada día. Según fuentes municipales, “estos residuos se retiran cuando se detectan por la empresa adjudicataria”.