Agencias | Miércoles 22 de octubre de 2014
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha oficializado el traspaso de Aerolínesa y Austral a manos del Estado. Y ha asegurado que el objetivo de la nacionalización no es otro que "garantizar la subsistencia de nuestra aerolínea de bandera". "Me hubiera gustado que quienes adquirieron la empresa hubieran podido llevar adelante una operación exitosa", sentenció la mandataria.
Los detalles de la operación han sido anunciados en un acto en el que la presidenta ha sido acompañada por altos cargos del Ejecutivo. Los medios argentinos han calificado el mensaje de Kirchner como optimista y esperanzador, luego del varapalo que recibió el Ejecutivo argentino el pasado jueves en el Senado.
Fernández ha anunciado que enviará un proyecto de ley al Congreso para respaldar la decisión de compra de la empresa, que en 1990 fue vendida por Carlos Menem a un consorcio encabezado por Iberia. Marsans se hizo de la compañía en 2001, cuando se la entregó el estado español. "Hoy Aerolineas Argentinas es una empresa que está en concurso, el paso previo a la quiebra, con una deuda de 890 milones de dólares", ha señalado la presidenta.
Por su parte, el ministro argentino de Planificación Federal, Julio de Vido, ha remarcado que cuando Aerolíneas Argentinas fue privatizada tenía 28 destinos internacionales y 29 aviones propios, tres simuladores de vuelo, y niveles de puntualidad que la ubicaban "entre las más competitivas del mundo". "Eso hoy no existe, solo en nuestra memoria, ya que hoy sólo tiene seis aviones propios, 20 destinos internacionales y ningún simulador de vuelo", ha sentenciado De Vido.
Esta mañana el ministro ha firmado un documento, junto a los empresarios Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, principales accionistas de la compañía que controla la aerolínea y Austral, para constituir una comisión que en un plazo de 60 días establecerá el valor de la empresa.