El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
No es habitual que desde este espacio abandonemos el ámbito comarcal en el que habitualmente nos movemos para detenernos en una noticia de alcance nacional, pero el anuncio esta semana de que ETA declara un alto el fuego permanente bien merece unas líneas, ya que se trata de algo que a todos incumbe y que se ha convertido en el hecho más trascendente de los últimos años.
Hay quien ha hablado de una oportunidad “única” o “inédita” para alcanzar la paz, aunque conviene mantener la prudencia. Ya antes hemos visto pasar algunas oportunidades igualmente históricas, con distintos gobiernos, y si bien es cierto que la actual coyuntura invita más que nunca a la esperanza, también lo es que no hay que dejarse llevar por un precipitado triunfalismo. En el proceso que se abrirá ahora debe quedar claro que no hay ningún precio político que negociar, del mismo modo que debe prevalecer la unidad de todos los partidos. En todo caso, y con una mirada que aún es más realista que optimista, podemos decir, como hizo un ciudadano madrileño en declaraciones a una cadena de radio poco después de conocer la noticia, que hoy, viernes 24, cuando se hace efectiva la tregua, estamos mejor que hace unos días, y esto ya es un motivo para respirar más tranquilos.