Opinión

Televisiones públicas

EL MIRADOR

José J. León

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Tenemos como verdades inamovibles cosas muy discutibles. Por ejemplo, piensen ustedes: ¿para qué sirven los medios de comunicación públicos, que cuestan un pastón al Estado y a sus comunidades autónomas? Principalmente han servido para alabar las glorias de José Luis Rodríguez Zapatero y los anteriores gobernantes de turno o, más cerca, para cantar las grandezas de los presidentes autonómicos. Y para colocar a unos cuantos colegas, por supuesto.

Pero si TVE y demás televisiones autonómicas esparcidas a lo largo y ancho de las tierras de España estuvieran privatizadas, o incluso no existieran, no se hundiría la Bolsa, ni subiría el precio del petróleo, ni se organizaría otra huelga del transporte. Aunque no niego lo peor: sería negativo, muy negativo, porque aumentaría notablemente el número de parados.
¿Tiene sentido hoy TVE? No saben a lo que juegan. Por ejemplo, acaban de recuperar, junto a las autonómicas, los derechos para la Liga de Campeones arrebatándoselos a Antena 3, después de no haber sido capaces de conseguir la retransmisiones de la Eurocopa, a diferencia de las televisiones públicas de Italia o Alemania, por citar sólo dos de nuestros rivales. Pero viajaron no se cuántos enviados especiales para seguir entrenamientos y ruedas de prensa. Silvia Barba se cambiaba las gafitas en los telediarios, mientras los partidos se veían en Cuatro y Canal +, ésta última de pago. Ahora TVE reacciona, tirando la casa por la ventana, después de que las privadas le quitaran casi de todo, menos los Juegos Olímpicos. Ahí te quiero ver. Si enviaron una legión a Austria para seguir los entrenamientos de la Eurocopa, a Pekín irán hasta los conserjes que no se hayan prejubilado.