Imagen de la zona afectada por las inundaciones (Foto: A. O.)
Redacción | Miércoles 22 de octubre de 2014
Los vecinos de la calle Real, 59, esquina con Camino del Berrocal, sufren desde hace meses un mal del que nadie se quiere hacer responsable: cuando llueve, sus locales se inundan debido a que tras acometerse las obras de remodelación de Honorio Lozano y Batalla de Bailén han elevado la acera, lo que provoca que el agua se filtre e inunde sus comercios. Según explica uno de los afectados, este hecho se debe a que cuando llueve “todo el agua que transcurre por la calle Real y el Camino del Berrocal confluye en esta esquina.
Antes de las obras seguía su curso hasta el río, pero ahora nos han dejado las aceras más altas y anchas, por lo que se forma una presa frente a nuestros locales, que los inunda. Este hecho ha pasado más de 11 veces este año, por lo que hemos tenido que pintar en varias ocasiones y en algunos casos se ha perdido mercancía, porque el agua ha llegado a alcanzar hasta un metro y medio de altura”.
Este empresario explica que aunque se acercó a denunciar este hecho al Ayuntamiento, nadie se ha querido hacer responsable. “La primera vez me mandaron de un sitio para otro, hablé con tres técnicos y nadie supo darme una solución. Decían que debería pedirle explicaciones a la concesionaria de la obra. Yo les dije que los responsables eran ellos por no haberlo previsto. Tras varias semanas, la única contestación que recibí fue de la citada empresa que, de manera escueta me comunicó que la obra se había ejecutado según proyecto. Perdone las molestias. Mi estupefacción se incrementó cuando después de volver a pedir explicaciones en el Consistorio me dijeron que a mi edificio no le afectaban los trabajos, cuando éste se encuentra frente a la plaza de España. También me dijeron que me fuese a Madrid, a las oficinas de la empresa concesionaria, y que allí pidiese explicaciones”.
Este vecino relata que hace unas semanas consiguió ponerse en contacto con el concejal de Urbanismo, Juan José Morales, quien le dijo que le contestaría en pocas semanas, y ya han pasado varios meses. “Ya he tenido que pintar el local tres veces, la pintura está dañada, tengo que dejar los ordenadores encima de unas cajas de plástico para que no se mojen... ¿Quién es entonces el responsable?”.