Toros

Manzanares y Cayetano, a hombros en Segovia

José María Manzanares fue el triunfador de la feria (Foto: ARCHIVO)
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
José María Manzanares y Cayetano Rivera Ordóñez salieron en hombros tras cortar tres y dos orejas respectivamente en la corrida de toros celebrada el pasado domingo 29 de junio en Segovia, coincidiendo con la festividad de San Pedro. Con casi tres cuartos de aforo cubiertos, se lidiaron seis toros del Puerto de San Lorenzo, pobres de presentación, terciados y manejables, a excepción del manso quinto.

Manzanares realizó la faena más artística y redonda de toda la tarde. El diestro, que se encuentra en un momento de plena sazón en su carrera, cuajó una faena bella y rebosante de empaque, en la que destacaron unos primorosos derechazos de mucho gusto. Mató bien y se llevó el doble trofeo. Su primero fue un astado del Puerto con peligro y que arrebañaba, y al que el torero de Alicante le sacó muletazos de mucho mérito, mostrándose muy por encima de la condición del astado. Cortó un trofeo, que si sumamos a los dos del quinto hacen un total de tres, lo que le convierte en el gran triunfador de esta feria.

Acompañó a Manzanares en la Puerta Grande Cayetano Rivera, contando siempre con el beneplácito y el calor del público femenino, que le aplaudió todo, por lo que terminó por cortar un trofeo a cada toro.

Su primer oponente fue un ejemplar mansote y manejable, como el resto de sus hermanos lidiados, al que Cayetano comenzó su faena rodillas en tierra para posteriormente trazar una labor sobre ambas manos llena de temple y buen aire. Se le pidieron las dos orejas, pero el presidente, de manera acertada, sólo le otorgó una. Otra más paseó el menor de los Rivera en el quinto, el toro más rajado y deslucido del encierro. El torero quiso ponerle ganas y arrojo para así sumar una oreja más y asegurarse su salida en hombros. Hubo poco brillo en su faena, pero el público estaba con él y tras poner voluntad el trofeo cayó a sus manos.

Este festejo sirvió para que el madrileño de San Sebastián de los Reyes José Ramón García “Chechu” se convirtiera en matador tras tomar la alternativa. Estuvo discreto con el toro de la ceremonia en una labor sin relieve, y consiguió una oreja cariñosa del astado que cerró el festejo a base de ponerle ganas y tratar de justificarse para tocar pelo y no irse de vacío en una corrida de mucha responsabilidad para su futuro.
‘Victorinos’ sin gracia
La feria de Segovia se inició el sábado 28 con el regreso de los toros de Victorino Martín tras el triunfo en esta plaza un año antes. El encierro defraudó y le faltó la casta y la pujanza de que gozan los toros que cría el ganadero de Galapagar. El conjunto resultó manejable y sirvió mucho para los toreros, pero sin la emoción de esta divisa.

Del lote destacaron el segundo y el sexto, que fueron los toros que más se movieron y tuvieron menos sosería. Y si los animales no respondieron a lo esperado, la terna tampoco lo hizo. Pepín Liria y López Chaves estuvieron discretos, mientras que Sánchez Vara fue el que más corazón le puso, aunque ninguno de los tres fuera capaz de dar ni una sola vuelta al ruedo.

Liria no consiguió apostar con su primero, que tenía un gran pitón izquierdo. Compuso una faena breve
y sin exponer del todo. Su segundo resultó soso y manejable; el murciano tiró de oficio para levantar una faena sin demasiado relieve. Mató mal y fue silenciado.

López Chaves no consiguió cogerle el sitio y la distancia al segundo y naufragó con el quinto, un victorino de mucho temple al que dio muchos pases, toreándole siempre en la periferia. No se acopló.

Sánchez Vara, que se topó en primer lugar con el toro más deslucido y parado de la tarde, puso todo de su parte por triunfar en el sexto. Le recibió bien de capa, banderilleó con soltura y le muleteó con técnica y recursos, buscándole muy bien las vueltas y brillando sobre la derecha. Tenía la oreja ganada pero varios pinchazos hicieron que perdiese el premio.