Agencias | Miércoles 22 de octubre de 2014
El histórico dirigente de ETA Javier Arizcuren Ruiz, "Kantauri", ha sido condenado por la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional a una pena de 36 años de prisión al ser encontrado responsable de la fabricación de un artefacto explosivo en un bar de la localidad guipuzcoana de Escoriaza en 1987.
Según la Fiscalía, el objetivo del atentado era intimidar a los arrendatarios del bar debido a que tenían la creencia de que en el establecimiento se traficaba con droga, así como causar la muerte de los agentes que acudieran a desactivar el artefacto, ya que avisaron de su colocación.
La sentencia destaca como prueba de cargo contra "Kantauri" la presencia de varias de sus huellas en diferentes componentes de la bomba, "lo que significa que participó en su confección", así como la declaración de uno de los integrantes del "comando Araba" de ETA, del que éste formaba parte, que reconoció la participación de aquel en el traslado y colocación del artefacto.
El tribunal ha condenado a "Kantauri"' por dos delitos de asesinato frustrado, uno por cada agente que acudió a desactivar el artefacto. La bomba estaba compuesta por una caja grande de galletas que contenía dos kilos del explosivo trilita conectada a otra caja más pequeña que contenía un sistema de detonación.