Gádor Ongil, con la directora de Apascovi, Teresa Sánchez (Foto: J. F.)
La consejera Gádor Ongil visitó la sede de Los Negrales, donde se va a construir una residencia con plazas para 14 discapacitados
JAIME FRESNO | Miércoles 22 de octubre de 2014
Fue un 19 de febrero de 1978 cuando un grupo de cinco familias villalbinas decidió asociarse bajo el denominador común de tener en su seno un hijo discapacitado -subdotado, según la terminología de la época-. Pagaron 100 pesetas cada una, resumieron la iniciativa en las siglas APASCOVI (Asociación de Padres de Alumnos Subdotados de Collado Villalba), y, el 12 de septiembre del mismo año, el Registro Civil daba carácter oficial al nacimiento de un proyecto hoy impagable para la sociedad, ya no sólo serrana, sino madrileña. Lo que nació en una modesta casa baja de la calle Serafín Gómez Bonilla, pasó por otra de la calle Cervantes y por un viejo gimnasio de Batalla de Bailén, es hoy una de las mayores organizaciones de la región, gracias a la lucha contra marea de sus pioneros. Colmenarejo acoge desde 1983 un vivero, donde trabajan decenas de alumnos; también una planta de compostaje, de reciente creación. Y Torrelodones, unido a la causa en tiempos del alcalde Enrique Muñoz, aporta pisos tutelados. En 1986, la Asociación logró la adquisición de 8.000 metros cuadrados en Los Negrales, terreno de un antiguo convento de monjas salesianas, que hoy alberga la sede central. El complejo está dotado de residencia, talleres, centro de día... Y este martes, la consejera Gádor Ongil puso la primera piedra de un nuevo edificio de 800 metros cuadrados que aportará 14 nuevas plazas de residencia, una piscina climatizada para terapias y otro centro de día. Acudieron los principales alcaldes de la zona, María Fernanda Ayán, directora de Programación y Concertación Asistencial de la Obra Social de Cajamadrid, cuyo apoyo resulta indispensable junto a la financiación regional. Pero los discursos fueron insustanciales, moneda común en la política actual, hasta que la consejera hizo, por fin, un guiño a los padres llamando al escenario a Ángel, presidente de la Asociación. Fue la única concesión a la parte que más luchó en los tiempos duros, cuando las manifestaciones ante el Ministerio, las corridas benéficas, las limosnas, las subvenciones del Inserso, del Fondo Nacional de Asistencia...
Sólo el alcalde de Collado Villalba recordó a los fundadores
El alcalde de Collado Villalba, José Pablo González (en la imagen junto a Carlos Galbeño, regidor de Torrelodones), llegó a la sede de Apascovi una vez comenzado el acto de colocación de la primera piedra, pero ello no impidió que su discurso hiciese justicia al recuerdo de los socios fundadores y a los padres. González se refirió a las cinco familias pioneras antes de recordar que las iniciativas para con las personas discapacitadas “deben hacernos caminar hacia la plena integración, no sólo quedarse en una función paternal”. “El reto”, dijo, “debe ser tratar de tú a tú a todo el mundo y que no haya más diferencias que las estrictamente necesarias en determinadas situaciones”. “Esta residencia va a aliviar muchas de ellas”, concluyó el regidor villalbino.