Galapagar

“La magia del Camino engancha”

Arturo Gutiérrez, delante de la Catedral de Santiago y junto a un hito del Camino (Foto: CEDiDAS)

Este galapagueño destaca la solidaridad que existe entre la gente y como anécdota recuerda que en Logroño un peregrino coreano le dio un masaje en la rodilla que le alivió el dolor

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Un mes le llevó a Arturo Gutiérrez Martínez recorrer a pie los 750 kilómetros que separan Roncesvalles de Santiago de Compostela. Este joven galapagueño de 26 años realizó el mes pasado el Camino de Santiago en solitario y con una rodilla lesionada. Una experiencia inolvidable que anima a realizar a sus vecinos. Con él hemos hablado para compartir esta experiencia.

¿Por qué decidiste hacer a pie el Camino de Santiago? ¿Se trataba de una promesa?
No se trata de una promesa. Lo hice porque necesitaba estar una temporada solo para aclarar ciertas ideas y para demostrarme que podía hacer cualquier cosa que me plantease.

¿Cuántos kilómetros has recorrido en total?
Unos 750 kilómetros, haciendo una media de 25 a 30 diarios.

¿Has ido solo?
Si, aunque he conocido a gente a lo largo del Camino.

¿El tiempo te lo ha puesto difícil?
El tiempo que ha hecho hasta León ha sido bueno, aunque a partir de ahí me ha llovido casi todos los días, cosa que complica mucho el caminar, por el barro que aparece y por la molestia del agua.

¿Qué ha sido lo mejor de la experiencia?
Lo mejor es la gente con la que te encuentras a lo largo del Camino de Santiago, y cómo se ayudan unos a otros sin pedir nada a cambio.

¿Y lo peor?
En la etapa de Cizur Menor a Puente la Reina me lesioné la rodilla, lo que hizo que tuviese que realizar la mayoría del Camino con cojera y mucho dolor.

Para alguien que esté pensando en realizarlo, ¿qué consejo le darías?
Además de que se prepare física y mentalmente, le diría que no hiciera el Camino de Santiago como algo turístico, ya que si aparecen los problemas físicos o mentales y no tiene una meta clara en su cabeza, abandonará. Animo a todo el mundo que esté indeciso a que lo haga, ya que es una experiencia única.

¿Dónde dormías y comías?
He dormido en albergues que hay para peregrinos, excepto dos días que estuve en hostales, ya que me los tomé como descanso para que se me pasara el dolor de la rodilla. En la mayoría de los albergues hay cocina para preparar la comida que compres, y también puedes comer en los restaurantes, que tienen un menú del peregrino que ronda los 8 ó 9 euros.

Y después de un mes de camino, ¿te traes alguna anécdota?
En la etapa a Logroño me paré en un lado del camino con mucho dolor de rodilla. Un peregrino coreano que me vio se sentó al lado y me hizo un masaje en la rodilla que me reconfortó mucho. También me ha llamado mucho la atención que hay muchos pueblos pequeños, de unos 100 habitantes, que viven gracias al dinero que dejamos los peregrinos en los albergues o en los diferentes negocios que hay. Espero repetir esta experiencia en un futuro no muy lejano, ya que la magia del Camino de Santiago engancha.