Opinión

Cómo llegar a fin de mes

EL MIRADOR

E. Jordá

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El otro día en Madrid me cobraron 2,70 euros por una cerveza. ¿Quién puede pagar precios así? Hace sólo cinco años una cerveza costaba como mucho cien pesetas (es decir, 0,60 euros). Que yo sepa, los sueldos apenas han subido en estos cinco años, mientras que los precios se han desmadrado. ¿Cómo hace la gente para llegar a fin de mes? Un misterio. O no tanto.

Leo el caso de la abogada sevillana que cobró 4.000 euros por un matrimonio ilegal con un inmigrante sin papeles (luego le robaron el dinero los mismos que le habían propuesto el negocio: la vida es así). Y entonces me acuerdo de los policías corruptos de Coslada, que se dedicaban a chantajear a las prostitutas y a los dueños de los bares de copas. Y de los innumerables ayuntamientos que están siendo investigados por irregularidades urbanísticas (seamos piadosos con los términos). Pero si lo pensamos bien, estos casos de corrupción, por graves que sean, parecen muy escasos en un país en el que hay un desfase tan grande entre precios y salarios.
¿Somos honrados y nos apretamos el cinturón? ¿O no lo somos, pero vivimos como si lo fuéramos porque de momento nadie aparenta darse cuenta de nada? ¿Existe un sistema económico paralelo basado en los pequeños engaños y en las pequeñas estafas? No lo sé. Lo único que sé es que la clase media -profesores, médicos, comerciantes, trabajadores autónomos, obreros especializados-, que es la clase que paga impuestos y proporciona servicios a los demás grupos sociales, es la que tiene que cargar con el mayor peso de esta situación. Y esto tiene sus consecuencias. La Brecha entre los que ganan mucho y los que ganan muy poco se va haciendo cada vez mayor. Y poco a poco, la maltrecha clase media se va aproximando a la clase de los que tienen que trampear de mala manera para sobrevivir.