INTERINO
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Uno de mis confidentes se acercó presuroso hasta este emplazamiento de la glorieta de la carretera de Navacerrada para hacerme saber que la noticia publicada la semana pasada por nuestro periódico, sobre el presunto acoso sexual protagonizado por una empleada que, al parecer, ocupa un cargo de confianza en nuestro Consistorio hacia otra mujer que desempeña tareas de bastante responsabilidad dentro del organigrama administrativo municipal, era tan fuerte que hasta había revolucionado el seno de la Casa Grande, dice Lobo Cojo. Pues bien, por lo que me dicen, añade nuestro personaje, el restregón existió y la perpleja ofendida lo puso en conocimiento de otra compañera con el fin de saber si se trataba de una simple sospecha-alucinación (tratándose de quien se trataba) o le habían tirado los tejos con todas las consecuencias. La respuesta fue afirmativa: ‘te ha catado’; o lo que es lo mismo, te ha puesto a prueba. Ignoramos si en el caso que nos ocupa la responsable del área de Personal o el propio JP piensan tomar alguna medida al respecto, van a hacer oídos sordos o por el contrario piensan recurrir al mero formulismo (como ha ocurrido en otros casos), mandando abrir un expediente que de antemano está condenado a quedarse sobre la mesa.
El Ayuntamiento ha aprobado recientemente una normativa que regula el acoso sexual y laboral por parte de sus empleados y funcionarios, aunque en este capítulo han quedado al margen los políticos. Pues bien, el toro está ahí y alguien tendrá que lidiarlo porque de lo que nos nos cabe ni la menor duda es algo tendrá el agua cuando la bendicen y que el acoso sexual se produce por “cualquier tipo de acercamiento o presión de naturaleza sexual tanto física como verbal, cuando no sea deseado por quien lo sufre…” A partir de aquí, que cada uno saque sus propias conclusiones, pero para mí que esto no pinta bien, sobre todo en cuanto se conozca el nombre de las protagonistas, lo que tarde o temprano saldrá a la luz pública”.