PUNTO DE VISTA
A. Garce
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
EEn la antigua mili, a los que no pasaban de soldado se les denominaba soldado raso. No tenían muchas prebendas que digamos y, sobre todo, el sueldo no les llegaba ni para la bolsa de pipas que comían los domingos en los parques, en los paseos con las chicas de turno. Total, que para cobrar algo tenías que ser, por lo menos cabo. Si no, pues al rancho y gracias.
En España, en cuestión económica, nos tratan como en la antigua mili. Que los que no somos nacionalistas vascos, catalanes o gallegos, pues eso, que somos soldados rasos. Porque no hay más que asomarse a la prensa de estas zonas, todavía españolas, y leer las cosas que dicen de los conciertos, los estatutos y demás zarandajas justificativas para comprender que, por lo menos, reciben el sueldo de capitales o tenientes coroneles, si no de generales en los conciertos con el llamado por ellos Gobierno de Madrid. Y a las pruebas me remito.
Hace unos días leía yo, amigo lector, en un periódico de Cataluña, el siguiente párrafo: “El concierto permite al Gobierno vasco no aportar nada al erario común y encima ingresar cantidades finalistas en ciertas obras públicas y otros servicios del Estado. Las cosas son así y así continuarán. Como continuarán las acusaciones de insolidaridad hacia los catalanes. Silenciando, eso sí, la desproporción vasca. A veces viendo las cuentas, sorprende que los economistas del Estado no entiendan que la independencia vasca podría ser un buen negocio”. Esto era el preludio de otro artículo en el que se trataba de las conversaciones entre CiU y la Generalitat de Cataluña. Y el párrafo no tenía desperdicio: “A priori, la reunión se antojaba tensa, después de que ayer CiU presentase su propia propuesta en materia de financiación, que aportaría a Cataluña 5.230 millones de euros más anualmente, fruto de la recaudación de la nueva cesta de impuestos prevista por el Estatut y del mantenimiento de la actual asignación del Fondo de Suficiencia… El régimen de reuniones entre CiU y la Generalitat, que serán lo más discretas posibles para que no interfiera la presión mediática, se intensificará en los próximos días para acelerar el acuerdo”.
O sea, y resumiendo lo posible, que dicen que los vascos no aportan nada a las arcas del Estado, que es el arca de todos los españoles, y sacan lo que más pueden. Y si no, dicen que se van. Lo que no comprendo es dónde los van a tratar mejor si se van, que no dicen dónde. Porque la independencia será para comerse las vacas que todavía tienen en el erario público español. ¿O no? Porque de otra forma el chantaje está servido.
Y de los catalanes ya se sabe. Lo primero que ponen sobre la mesa es el dinero que ellos quieren, 5.230 millones de euros más anualmente. ¡Toma ya! Lo que tampoco comprendo es como se negociará con ellos si estando presentes los restos de la España no nacionalista o, manu militari, cobrarán primero para dejar a los soldados rasos que nos repartamos el resto. Me supongo que es lo que se ha estado haciendo hasta ahora, porque no tienen vergüenza de manifestarlo públicamente. ¡Ah, eso sí! Con reuniones “lo más discretas posibles para que no interfiera la presión mediática”. ¡Atajo de caraduras y tal y tal! Es que no se me ocurre otro disparate después de leer sus órganos de comunicación mediática. Léase cualquier periódico subvencionado de Cataluña. ¿Es que hay alguno que no lo esté? Y el pueblo sin enterarse. Hay que ser discretos.