ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
“El Cid” se ha proclamado por méritos propios como el gran triunfador de la recién finalizada Feria de San Isidro. Un ciclo donde matadores y novilleros no han conseguido abrir la puerta grande. El resultado es triste, pero es verdad que varios diestros como el propio Cid, en sus dos tardes en el abono, o Alejandro Talavante habrían triunfado sin discusión de haber estado más atinados con la espada. En la última corrida del ciclo, celebrada el sábado 31 de mayo, el “El Cid” tuvo una gran actuación frente al encierro de Victorino Martín, aunque de nuevo el mal uso de los aceros le cerró la puerta grande.
Sólo se llevó una oreja, pero pudo cortar hasta tres de andar acertado. Le pasó lo mismo el 15 de mayo.
El binomio Cid-Victorino sigue funcionando. Es un matrimonio indisoluble. Es el torero que mejor ha entendido los toros del ganadero de Galapagar.
Su primero fue un animal exigente y con emoción. “El Cid”, con todo a favor del toro, estuvo sensacional. Le dio muchos espacios y sobre la mano derecha dibujó series profundas y de mucha pureza. El pitón izquierdo era el peor, pero el sevillano expuso y toreó como si tal cosa. El animal duró poco, pero lo suficiente para que si el torero hubiera enterrado el acero le cortase una oreja.
El sexto fue un toro muy bravo y encastado que hizo una gran pelea en el caballo. “El Cid” estuvo entregadísimo y trató de dominar la casta del victorino. No era sencillo, pero el torero lo hizo y sobre la mano izquierda reventó al toro por bajo, haciendo crujir Las Ventas. El pitón derecho no regalaba nada, pero en una lección de pundonor le extrajo dos series de mérito. Un metisaca y una estocada trasera dejó la faena en una oreja. El sevillano tuvo el mérito de salir mermado en el tobillo por un pitonazo de su primer toro. Sin la lesión, posiblemente le habría cuajado aún mejor.
La corrida de Victorino Martín dejó toros muy interesantes, como el primero, que tuvo clase, o el cuarto, que embistió con brío y codicia a la muleta de un Antonio Ferrera que toreó sin relieve. López Chaves no aprovechó la nobleza que le brindó su primero y con su segundo estuvo muy vulgar.
Un gran Talavante
Si casi se abre la añorada puerta grande el sábado, el viernes 30 Alejandro Talavante también estuvo a punto de hacerlo con un excelente toro de Adolfo Martín.
Su faena fue muy despaciosa e imprimió muchísima personalidad. Aguantó el torero los parones del animal, que tuvo temple y profundidad en la embestida. Le entendió de manera perfecta al adolfo con la planta muy quieta, sin rectificar nada y pasándose los pitones muy cerca de los muslos. Talavante resucitó en Las Ventas con esta faena tras un inicio de temporada flojísimo y sin ser ni la sombra de lo que fue en 2007.Tenía las orejas en la mano, pero varios pinchazos hicieron que todo se quedara en ovación.
El resto de la corrida de Adolfo Martín tuvo nobleza, pero sin el brío y casta que el público espera de este hierro.
Cortó una oreja “El Fundi” tras una actuación de gran solvencia y profesionalidad. Tiró de las embestidas con pulso y paciencia para levantar una faena donde con la mano derecha hubo temple, mando y valor. Se volcó sobre el morrillo del toro dejando un monumental espadazo. no sin antes salir prendido del pitón y sufriendo una dramática cogida que por suerte no tuvo consecuencias.
Otro buen toro fue el primero del lote de Diego Urdiales, pero pecó de apagarse pronto. El diestro le saludo muy bien de capa y cimentó una labor de buenas maneras, si bien se notó que su bagaje todavía es corto.
La emoción de Palha
El jueves 29 se lidió una corrida con mucha transmisión y movilidad con el hierro de Palha. Un encierro que se movió con carburante de avión y que tuvo mucho que torear, pero que no fue nada fácil. Al conjunto le faltó mayor entrega en las telas y sobre todo humillación. Toros de los llamados “de público” El tercero, de nombre Rachido, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Un animal muy espectacular y pujante en varas, pero sin humillar, con el que ralló a gran nivel Luis Bolívar. Su labor fue muy firme y con aplomo. Su faena tuvo importancia y la pena fue que no manejó adecuadamente la espada. El premio de una ovación fue muy rácano y la vuelta al ruedo del toro un tanto exagerada. Encabo no terminó de cuajar a su móvil primero y Sánchez Vara estuvo muy por debajo de su lote.
Antes de estos tres festejos, el miércoles 28 de mayo se lidió un encierro de Valdefresno que resultó muy decepcionante. Faltó bravura y sobró mansedumbre y descastamiento. Sólo hubo un toro potable, ante el que Salvador Vega estuvo muy mecánico.
Curro Díaz dejó un buen toreo de capa y sólo pudo apuntar destellos con un lote muy a menos. Uceda Leal estuvo afanoso.
Diego Ventura, cuatro orejas
El domingo 1 de junio, ya fuera de abono, se celebro una corrida de rejones donde se colgó el cartel de No hay billetes. Diego Ventura cortó cuatro orejas y estuvo impresionante, haciendo gala de sus cualidades y con una cuadra en gran momento. Fermín Bohórquez paseó una oreja, mientras que Antonio Domecq, que sustituyó a Hermoso de Mendoza, se fue de vacío.
Comenzó el ‘Aniversario’
El pasado lunes 3 de junio comenzó en Las Ventas la Feria del Aniversario, que en realidad es una continuación a la de San Isidro. En la primera corrida de este abono tan sólo se lidiaron tres toros de Garcigrande y el encierro hubo de remendarse con otros tres de Peñajara. Los del hierro titular fueron tres birrias. Tres sardinejas impropias de la categoría de la primera plaza del mundo. A figuras como “El Juli” o Castella les tendría que dar vergüenza anunciarse con una corrida que no existe. El público se cabreó.
Los de Peñajara sirvieron más. El quinto se movió sin clase y el sexto fue un toro encastado y bueno. Castella estuvo a punto de cortarle una oreja de no haber fallado con la espada. El comienzo de faena, con dos pases cambiados por la espalda y dos buenas series, tuvo un gran nivel. Al cambiarse de mano bajó el diapasón , volviendo a crecer la intensidad en cercanías, donde el francés se encuentra tan a gusto. Su primero fue un novillejo con el que el torero lo intentó sin éxito.
Aparicio volvía Madrid tras su percance el Domingo de Resurrección.
Con su primero compuso una faena breve pero con pasajes bellísimos. Hubo dos series de toreo lento, con la mano baja y muy roto de muñecas. Fueron sorbos de arte de los que se han visto pocos en este mes de toros. A su segundo le lanceó con duende y empaque pero con la muleta no terminó de aprovechar al potable astado de Peñajara. “El Juli” estuvo espeso y le pesó la tarde. Anduvo mecánico y le faltó la ambición de otras ocasiones.
El miércoles 4, Morante de la Puebla y Cayetano -que confirmaba alternativa- hicieron lo mejor de la tarde, cortando una oreja cada uno, mientras José María Manzanares se fue de vacío.