LUCES Y SOMBRAS
Manuel J. Ortega
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La federación más convulsa, históricamente hablando, del socialismo español (PSM), parece volver a las andadas. Algunas de las extintas familias y otras de nueva creación intentan conseguir estos días en las agrupaciones locales el mayor número de representantes para poder controlar el congresillo, un encuentro donde se elegirá la delegación que irá al Congreso Federal, previsto para el próximo mes de julio.
Este primer pulso nos puede dar una idea de la fuerza que puedan tener los simanquistas (se habla de un 15 por ciento entre la militancia madrileña) a la hora de intentar de cargarse a su enemigo más acérrimo, Tomás Gómez, en el congreso previsto para después del verano. Y todo parece indicar que la familia socialista villalbina va a volver a tener bastante protagonismo (veremos en qué termina la cosa) en esta lucha por el poder socialista madrileño. Sus protagonistas no son otros que Ruth Porta (recientemente afiliada a la Agrupación de Collado Villalba) y el alcalde, José Pablo González (cuyo nombre se ha vinculado a la terna de aspirantes a la Secretaría General), que al igual que su compañera y vecina ha sido uno de los que más se ha hecho notar en favor de la causa simanquista, como hace años hiciera con los guerristas y acostistas y posteriormente con los renovadores de Balbás y Tamayo. Claro que también apoyaba la candidatura de José Bono a la Secretaría General del PSOE y a última hora cambió de idea y optó por votar a José Luis Rodríguez Zapatero. Y es que los políticos son así: suelen arrimarse al sol que más calienta, aunque algunas veces se confundan.
Bajo el lema Unidos por un Colmenarejo más seguro, el PP local, junto a vecinos y comerciantes, solicitó a la Delegación del Gobierno el permiso pertinente para poder concentrarse el pasado domingo a las 13.00 horas en la plaza del Ayuntamiento para poder protestar por la ola de robos nocturnos que se vienen produciendo últimamente en esta localidad.
Hasta ahí todo normal. El problema se empezó a suscitar desde el momento en el que la Delegación del Gobierno anunció que no autorizaba este acto. El inmediato recurso presentado por los populares hizo rectificar a los responsables gubernativos de Madrid, que el viernes, a última hora, enviaron una nota aceptando la celebración del mismo en los siguientes términos: “Dado que el Ayuntamiento ha notificado que el día 1 de junio de 2008, en este mismo lugar, de 11 a 15 horas, está convocado el I Mercado Ecológico y Artesano de Colmenarejo, por lo que la plaza estará ocupada por los puestos de este mercadillo, el Ayuntamiento propone como alternativa que la concentración se realice en un espacio público cercano, concretamente en la explanada existente delante del Centro Cívico”
Pues bien, miembros del Partido Popular y más de un centenar de manifestantes se dieron cita el domingo en los aledaños de la plaza, comprobando que a la hora citada no había ningún puesto perteneciente al mencionado mercado. Estos se encontraban en el interior de la Sala Multiusos (Taper), ubicación que suponemos ya estaba fijada de antemano tanto por los responsables municipales como por los organizadores del mercadillo, ya que el día amaneció sin riesgo alguno de lluvia. La portavoz del PP leyó un manifiesto en el que se denunciaba el grave problema de inseguridad que azota a este municipio, sobre todo durante las noches, y sólo se oyeron algunas protestas cuando una pareja de la Guardia Civil se personó en la plaza invitando a los organizadores a continuar el acto en el lugar fijado por la Delegación del Gobierno.
La alcaldesa de Colmenarejo, María Isabel Peces Barba, ha evidenciado una vez más su intención de frenar cualquier iniciativa vecinal que ella considere que va en contra de sus intereses políticos, porque si bien era cierto que ese mismo día estaba programado un Mercado de Artesanía, también lo es que la plaza podría haber sido utilizada para esta concentración. Moraleja: las medias verdades son peores que las mentiras.
Todo parece indicar que partidos políticos y empresarios están totalmente de acuerdo en que se implante cuanto antes en este municipio la zona azul (ORA). Así lo ha manifestado el responsable del área de Tráfico y Transportes en el Ayuntamiento galapagueño, Hans A. Bock, que además aseguró que existe una gran demanda de plazas de aparcamiento en las calles más comerciales de esta localidad, y más concretamente en el entorno de la plaza de la Constitución y en la zona del Mercado Municipal.
Con el placet de las fuerzas políticas, sociales y económicas de Galapagar, ahora lo que procede es elaborar un estudio que permita definir las zonas donde deberá aplicarse la ORA y, sobre todo, las tarifas, que el colectivo comercial solicita que sean lo más bajas posibles. También sería importante que se subvencionaran, aunque sólo fuera por un tiempo determinado, los estacionamientos de los clientes que acudan a realizar sus compras en los comercios afectados por dicho aparcamiento regulado y que a los residentes se le faciliten las tarjetas para así poder dejar sus vehículos lo más cerca posible de sus domicilios.
El último invitado a esta fiesta tendrá que ser la grúa, utensilio impopular pero a la vez imprescindible si se quiere poner orden entre aquellos conductores que pasan olímpicamente de respetar las señales de tráfico.